Opinión

Arrimadas y la desmesura

La desmesurada reacción verbal de Inés Arrimadas a la hostilidad que recibió en el Orgullo la comitiva de Ciudadanos se compagina, lamentablemente, con la desmesura de quienes, conculcando el carácter abierto, festivo, inclusivo y democrático del festejo, la hostigaron. Y es lamentable que se compagine porque en tanto que de la pequeña porción de la muchedumbre que bramó, insultó y escupió a los naranjas no se podía esperar un comportamiento cívico por haberse constituido en chusma, de un político no sólo se puede, sino que se debe esperar, y exigir, un discurso que tienda más al apaciguamiento que al incendio. 

En un tono desabrido y desatado, Arrimadas ha respondido al execrable escrache no dejando títere con cabeza y acusando a Marlaska, al PSOE, a Podemos y a la organización del desfile de alimentar el odio, esto es, el odio a Ciudadanos, y esa respuesta, algo comprensible en caliente, aún subió de temperatura al día siguiente, cuando la reflexión templada y congruente debiera haber sucedido a la indignación personal por lo padecido. Pues la portavoz de Ciudadanos ha dado muestras en alguna ocasión de hechuras políticas, semejante reacción continuada, de una violencia verbal y conceptual notable, tal vez cabría atribuirla al mal momento que atraviesa su partido y a los nervios que en tal trance se han instalado en su cúpula, donde ella habita. 

En efecto; la adquisición de un poco de poder político, unos cuantos alcaldes, concejales y consejeros, al altísimo precio de asociarse con la reacción más friki, intolerante y casposa, con la ultraderecha de Vox, ha dejado a Ciudadanos sin un ochavo de crédito político, y no tanto hacia fuera como hacia dentro, a juzgar por la desbandada de tantos de sus miembros, horrorizados por la deriva del partido de Rivera. Que en tales circunstancias, particularmente en la que tiene que ver con las negadas pero ciertas relaciones de Ciudadanos con un partido homófobo, Arrimadas pretendiera un acogimiento en el desfile LGTBI diferente al que tuvo, no se comprende, a menos que no fuera eso lo que pretendiera, sino otra cosa. 

Por sus obras les conoceréis. Y por sus palabras. Si los actos de la minoría incívica contra Ciudadanos en el Orgullo son tan reveladores como condenables, las palabras de Arrimadas, que se dedica a la política y no al "pressing catch", también.

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