Opinión

Apolíticos

“El precio de desentenderse de la política es ser gobernado por los peores hombres”. Platón.

Me sigue sorprendiendo encontrarme todavía con personas que dicen sin ruborizarse ser apolíticos. Esto era algo que se solía decir en tiempos de la dictadura para no meterse en líos, porque entonces sólo había una política posible y no se le llamaba así, era “El Movimiento”. Todos los demás, o decían ser apolíticos o estaban agrupados en contra del Régimen. Eso es lo que había.

Pero desde la vuelta a la democracia, en la segunda mitad de los años setenta del siglo pasado, participar, hablar, pensar en política no solo está permitido, sino que hasta es saludable. Porque política es casi todo: que se limpien y se arreglen las calles, que se ponga un semáforo, que se construyan hospitales, centros formativos, carreteras, autovías, que se atienda a los ciudadanos… Ahora que se ha presentado el proyecto de  los PGE al parlamento, Castilla-La Mancha ha sufrido un recorte del 37% con respecto al año pasado y esto es política. Recortes, que en el caso de Ciudad Real suponen cantidades ridículas para la autovía Ciudad Real - Toledo, para la pasarela de la capital con Miguelturra o para el arreglo de la N-430, tan necesario para evitar más accidentes.

Por eso decía Winston Churchill que “a los que no les interesa la política les gobiernan otros a los que sí les interesa.” De todas maneras, apolíticos de verdad entre aquellos que dicen serlo habrá pocos en nuestra sociedad, porque luego cuando van a la urna  depositan su voto normalmente a partidos situados a la derecha del espectro político, y están en su perfecto derecho. Quizá su apoliticidad sea más bien una pose o un no tener ganas de debatir con quien piensa de manera diferente a ellos, quién sabe.

Comentarios