El esperado discurso de Felipe VI en 2020: un mensaje "de Estado, no de familia"

La expectación que rodeó a la alocución televisada del rey, la más relevante de las que protagoniza al cabo del año, se ha visto frustrada a ojos de una parte de la clase política, mientras que para otra ha fortalecido la figura de don Felipe en un momento en el que la Corona ha pasado a estar en la primera línea de debate
El rey Felipe VI pide vencer el desánimo ante la crisis y soslaya el caso de su padre
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El esperado discurso de Navidad de Felipe VI tuvo como eje central la situación de la pandemia y la necesidad de actuar unidos frente a la crisis económica y dejó el asunto de su padre relegado a un segundo plano, con lo que se pretendió que el guión fuera el de un mensaje "de Estado y no de familia".

La expectación que rodeó a la alocución televisada del rey, la más relevante de las que protagoniza al cabo del año, se ha visto frustrada a ojos de una parte de la clase política, mientras que para otra ha fortalecido la figura de don Felipe en un momento en el que la Corona ha pasado a estar en la primera línea de debate.

En los trece minutos que duró el mensaje, el más largo de su reinado en Nochebuena, la mayor porción trató sobre la "grave" situación que padece España a cuenta de la pandemia, lo que para el monarca debe ser la prioridad absoluta en un momento crítico como el actual.

"El foco es el país. Es en lo que se tenía que centrar", apuntan a EFE fuentes que conocían el contenido del discurso para justificar la atención que prestó a la coyuntura sanitaria y económica, en contraposición a la que puso sobre Juan Carlos I.

El de Navidad es la intervención más simbólica del rey, donde conecta con la ciudadanía de manera más amplia.

En un contexto como el actual, su mensaje tenía que ser "la de un jefe del Estado" que se dirige al país para "aportar tranquilidad" ante la seriedad de la crisis, y no poner el acento "en la familia", añaden las fuentes.

"El rey estará a la altura de un año muy difícil", anticipó la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, días antes del mensaje navideño.

Consciente de la expectación generada por lo que pudiera decir de su padre al hilo de la investigación abierta sobre él por sus presuntos negocios ocultos en el extranjero a espaldas del fisco, Felipe VI reservó tres párrafos para referirse a ello en la parte final de sus palabras.

Primero apeló a la obligación de "todos sin excepciones" a cumplir "los principios morales y éticos", que "están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personas o familiares".

A continuación, marcó distancias entre lo que representó el reinado de Juan Carlos I y el suyo, inspirado por el "espíritu renovador".

El rey no fue más allá amparándose en que don Juan Carlos no tiene hasta ahora ninguna acusación judicial y su regularización tributaria, cifrada en 678.393 euros, le aleja del delito fiscal, a la espera de la evaluación que hagan los fiscales, aunque ahí asentó su reproche desde el punto de vista ético.

Siguiendo la tradición monárquica, don Felipe no mencionó de forma expresa a su padre, quien siguió el discurso en solitario desde Emiratos Árabes Unidos, pendiente de que las circunstancias le permitan regresar a Madrid.

Don Juan Carlos tampoco lo hizo en 2011 cuando habló de que "la justicia es igual para todos", al aludir al comportamiento de su yerno, Iñaki Urdangarin, por su implicación en el caso Nóos.

De igual modo, Felipe VI eludió citar a su hermana, la infanta Cristina, en su primer discurso de Navidad de 2014, dos días después de que el juez la mandara al banquillo, si bien valoró que responsables de "conductas irregulares" estuvieran "respondiendo de ellas" ante la justicia.

Tanto en el caso de su padre como en el de su hermana, las duras decisiones que Felipe VI ha tomado sobre ellos en los seis años que lleva en el trono no se han anunciado en Nochebuena ante los españoles, sino vía comunicado, sin rastro verbal.

El transcurso y el punto de llegada de la investigación de la Fiscalía determinarán los próximos episodios de la relación entre el actual rey y el emérito.

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