El PSOE mira al PP ante la parálisis de su negociación con Podemos para la investidura

Los socialistas se han dirigido al PP para reclamar que se abstengan "sin condiciones" en la investidura, en reciprocidad con lo que ellos hicieron en 2016

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photo_camera El presidente del PP, Pablo Casado, en una imagen de archivo en su escaño en el Congreso de los Diputados

Un día después del fracaso de la reunión entre el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, los socialistas se han dirigido al PP para reclamar que se abstengan "sin condiciones" en la investidura, en reciprocidad con lo que ellos hicieron en 2016.

En plena resaca por la tensión vivida este martes entre Podemos y el PSOE y las acusaciones mutuas por el estancamiento de la negociación para la investidura a la que Pedro Sánchez se someterá en 12 días, 66 diputados del PSOE que en 2016 se abstuvieron e hicieron presidente a Mariano Rajoy han pedido al PP que correspondan con el mismo gesto.

Un ruego que ha rechazado de plano el partido liderado por Pablo Casado, que ha recordado que Pedro Sánchez se opuso frontalmente a abstenerse por lo que dimitió como diputado y que Pablo Casado ya le dijo ayer al presidente que por responsabilidad no lo apoyaría.

La carta, difundida por el PSOE, está firmada entre otros por el que era entonces portavoz parlamentario de los socialistas, Antonio Hernando y por el actual secretario de Organización del partido, José Luis Ábalos.

Y recuerda el "verdadero sacrificio" que supuso para ellos abstenerse dadas sus "diferencias ideológicas" con el PP y "las sombras de corrupción que se cernían sobre él y una parte de la dirección" de ese partido.

"No hablamos de oídas, sino de lo vivido. Quienes firmamos esta carta sabemos bien lo difícil que es hacer el camino que os pedimos que hagáis, pero es posible hacerlo, y es honorable", concluyen los firmantes, que en su mayoría ya no son diputados y algunos se caracterizaron por su posición crítica con Sánchez o por no apoyarle en las primarias de 2017.

Pero entre los nombres se encuentra el de la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, que poco después de hacerse pública la misiva ha mantenido una conversación telefónica con la portavoz parlamentaria de Unidas Podemos, Irene Montero, en la que ambas han confirmado que no hay movimiento de posturas y que a día de hoy el acuerdo no es posible.

El enfado en la formación morada por el enturbiamiento de la relación con los socialistas ha crecido hoy al comprobar que el partido de Pedro Sánchez sigue mirando a la derecha en lugar de acceder a negociar con ellos un gobierno de coalición, que sigue siendo la única opción sobre la mesa con la que prestarían sus 42 votos para la investidura.

De hecho, según han indicado fuentes de Podemos, Irene Montero le ha trasladado a su homóloga socialista que su disposición es "plena" para sentarse a negociar un gobierno de coalición de izquierdas, y tiene además plena confianza en que tarde o temprano ese escenario se producirá porque el presidente "terminará entendiendo" que no tener mayoría absoluta le obliga a negociar.

Los socialistas, que acusan a Pablo Iglesias de anteponer el "tacticismo" y los intereses de su partido a los de España y los españoles, insisten en que un Ejecutivo de coalición con el partido morado alejaría el apoyo a la investidura de Sánchez de otros partidos como el PNV y la haría depender de los independentistas.

Tras los contactos infructuosos de ayer con Pablo Iglesias y Pablo Casado, los socialistas no han continuado la ronda con el resto de formaciones para amarrar los apoyos a la investidura, aunque hasta el momento solo tienen un 'sí', el de PRC, además de los 123 escaños de los socialistas.

El resto de grupos, entre ellos el PNV, están a la espera de que los socialistas les citen para una nueva reunión.

Entre tanto, la situación de bloqueo político vuelve a despertar el fantasma de una repetición electoral, que tendría lugar el 10 de noviembre, y la formación morada ya comienza a pensar en la preparación de la consulta a los militantes previa al debate con la que espera ver refrendada su posición contraria a la investidura, si antes de convocarla no llega el movimiento esperado por parte de Pedro Sánchez.

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