Los 10 rincones de Castilla-La Mancha que debes conocer (sí o sí)

Les invitamos a que viajen por Castilla-La Mancha y, en esta ocasión, por lugares que conjugan una extraordinaria riqueza artística con impresionantes escenarios de naturaleza sorprendente

Toledo es una de las ciudades mas bellas del mundo, ¿alguien lo duda a estas alturas? Muchos aseguran que su rico patrimonio artístico es sólo comparable al de ciudades como Roma. En su casco histórico (uno de los más extensos del mundo) encontramos restos de la Toletum romana, vestigios de la época visigoda, edificaciones del periodo islámico (nosotros sentimos especial predilección por la mezquita del Cristo de la Luz, una joya milenaria de obligada visita), sinagogas, conventos, iglesias, ermitas y museos (el del Greco es el único de España dedicado a la figura del genial pintor cretense y el Sefardí, instalado en la Sinagoga del Tránsito, un rincón con una especial belleza). Su recinto amurallado (uno de los más completos que podemos encontrar) encierra un intrincado laberinto de estrechas calles, recoletas plazas, adarves, paseos y cobertizos en los que es muy recomendable dejarse llevar y perderse.

Pero demás, y sin salir de la ciudad, Toledo ofrece la posibilidad de descubrir un privilegiado entorno natural con el río Tajo como protagonista. La Senda Ecológica del Tajo recorre la profunda hoz esculpida durante milenios en los graníticos farallones que se precipitan en las aguas del río más largo de España. Una fauna y flora típica de ribera se presenta ante nuestros ojos. Es fácil observar el vuelo de gaviotas, cormoranes, garcillas, ánades, elegantes garzas reales o el del veloz y colorido martín pescador. Además, el paseo agradable y tranquilo nos permite tener una vista privilegiada y original de algunos de los puentes, castillos y edificaciones que se levantan en las laderas del prolongado meandro que casi envuelve el recinto amurallado de la ciudad. 

Cuenca es una de las ciudades donde mejor se representan la simbiosis entre la historia, la riqueza patrimonial y la abundancia paisajística. La sola contemplación de sus mundialmente conocidas Casas Colgadas asomadas a la hoz que dibuja el río Huécar ya merece una visita. Pero la oferta es mucho más amplia y variada. En pocos lugares encontraremos la completa oferta museística que ofrece la capital conquense (el de Arte Abstracto o el de Ciencias ofrecen una mirada contemporánea y actual, frente a la más histórica del Diocesano Catedralicio o el Provincial). La Plaza Mayor, la Catedral o la placeta de San Nicolás son puntos obligados de un paseo por una ciudad que, como se señala en su declaración como Patrimonio de la Humanidad, es “un ejemplo excepcional de villa fortificada medieval en la que el paisaje urbano original ha quedado considerablemente intacto y rebosa excelentes ejemplos de arquitectura entre los siglos XII y XVIII”, para añadir que “es igualmente excepcional dado que la ciudad fortificada integra y pone en valor el magnífico paisaje rural y natural en el que se encuentra”; no podemos estar más de acuerdo. Su castillo, sus barrios, ermitas, jardines y murallas se convierten en excepcionales miradores levantados sobre el espolón rocoso desde los que deleitarse con las espectaculares hoces labradas por los ríos Huécar y Júcar.

Son precisamente las riberas de estos últimos las que ofrecen rincones de pletórica naturaleza. Los paseos por el Húecar y el Júcar permiten disfrutar de la vegetación ribereña y de espectaculares perspectivas de la ciudad. La oferta natural se amplía, a pocos kilómetros, con emblemáticos espacios como la Ciudad Encantada (situada en la localidad pedánea de Valdecabras), un rincón mágico de extraordinario valor geológico, cuyo laberíntico recorrido, único y sorprendente, no debe perderse el viajero; el Parque Cinegético El Hosquillo, a 40 km de la capital; el nacimiento del río Cuervo; el espectacular Ventano del Diablo, no apto para los que sufren de vértigo, que se asoma a las cristalinas aguas del río Júcar; las Torcas de los Palancares; los Callejones de las Majadas; las Hoces Cabriel o la Laguna de Cañada del Hoyo.

Fuente: Turismo Castilla-La Mancha