10 claves del rompecabezas del caso Gabriel: de la familia a un monte sin cámaras

Cuando se cumplen nueve días de búsqueda, la Guardia Civil no logra dar con el paradero del niño desaparecido, de ocho años. Estos son los principales datos que se conocen hasta el momento

10 claves del rompecabezas del caso Gabriel: de la familia a un monte sin cámaras - EL ESPAÑOL
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Según informa Andros Lozano en EL ESPAÑOL, a última hora de la tarde de este miércoles, un helicóptero de la Guardia Civil sobrevuela a baja altura Las Hortichuelas, la pedanía de Níjar (Almería) en la que se le perdió el rastro al pequeño Gabriel Cruz.

A 500 metros del aparato, pero en tierra, un grupo de cinco bomberos introduce cuerdas en un pozo cercano a un barranco. A los pocos minutos se marchan de allí. No han encontrado nada. Está cayendo la noche. Apenas hay luz. Volverán mañana -por hoy-.

Han pasado nueve días desde que Gabriel, de ocho años, desapareciese al salir de la casa de su abuela paterna en Las Hortichuelas. Desde entonces, nada se sabe de él. El caso, salvo giro inesperado, se ha convertido en un rompecabezas que los investigadores de la Guardia Civil tratan de resolver. Esto es lo que sabemos hasta el momento, cuando la Benemérita, para salvaguardar la investigación, no da cuenta de sus pesquisas.

1. Gabriel, el niño desaparecido

Gabriel Cruz tiene ocho años. El niño se encontraba en Las Hortichuelas el pasado martes 27 de febrero. Al día siguiente, Día de Andalucía, no tenía clase en el colegio y su padre, separado de su madre y quien lo tenía esos días, lo había llevado a pasar el puente a casa de su abuela Carmen. La señora tiene una residencia de campo en esta pedanía de Níjar enclavada en el parque natural del Cabo de Gata.

Aquel martes, el niño pasó la mañana jugando con los nietos de una prima hermana de su abuela. Estuvo en la casa de esos niños. Sobre la una de la tarde, volvió a la vivienda de su abuela paterna para llevarle una barra de pan.

Entre las 15.30 horas y las 15.45, tras almorzar, Gabriel le pidió a su abuela volver a la casa de aquellos dos niños. Aunque a regañadientes porque era la hora de la siesta, su abuela le dejó ir. Sólo tenía que caminar 100 metros por un camino de tierra. La mujer, desde la valla de su casa, lo vio recorrer al menos unos 80 metros. Lo dejó de ver a la altura de un poste de madera de la luz.

Gabriel nunca llegó a la casa de la prima hermana de su abuela ni volvió a jugar con los dos nietos de la señora. Se le perdió el rastro en 20 metros de distancia.

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