Según recoge Informativos Telecinco, Hilda y Hugo, dos ancianos argentinos, se vieron abandonados por su propio hijo en un bar. Estuvieron siete horas esperándoles, hasta que los camareros, preocupados, llamaron a la policía, porque la pareja de abuelos no tenían ni un móvil ni un teléfono de contacto de nadie.
La historia de Hilda y Hugo es de las que te rompe el corazón. La pareja de ancianos, de 86 y 90 años, vivía con su hijo en Rosario, Santa Fe, Argentina, hasta que fueron desalojados por no pagar el alquiler. Ese día su hijo los llevó a un bar para que comieran. Los dejó allí, con solo unas bolsas con sus pocas pertenencias, y les dijo que iba a solucionar el problema de la vivienda y que volvería a por ellos.
Nunca lo hizo. Pasaron las horas y nadie acudió a por ellos. Los camareros empezaron a preocuparse pero los ancianos no tenían un teléfono, ni un número al que llamar. Así que los empleados del bar alertaron a la policía.
Los agentes se llevaron a Hilda y Hugo con sus pocas pertenecías a comisaría, según informa el Diario Sol. Allí tras hablar con los vecinos fueron capaces de localizar a otro hijo del matrimonio, Raúl, que, enfermo estaba en cama.
Finalmente, este otro hijo, que no tenía mucho contacto con sus padres y su hermano aunque si sabía de sus penurias económicas, se ha hecho cargo de ellos. Ahora Hilda y Hugo están en su casa.
