Muere por coronavirus Óscar, un joven cocinero de 25 años sin patologías previas

Muere por coronavirus Óscar, un joven cocinero de 25 años sin patologías previas
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Según recoge El CasoÓscar Beamud trabajaba en la taberna Tormes, uno de los restaurantes más reconocidos del pueblo turístico El Barco de Ávila (Ávila). Sólo tenía 25 años y es una más de las víctimas del coronavirus dentro del grupo de edad de menores de 30.

Óscar murió el domingo 5 de abril en el Hospital de Ávila donde estaba ingresado en la UCI. No tenía patologías previas, desde su entorno sólo encuentran una explicación: el sobrepeso y el tabaco.

Su hermana, Celeste, fue explicando los últimos días de Óscar a sus amigos a través de un grupo de Whatsapp. Había ingresado en el hospital con mucha fiebre, después de visitar el centro de salud del pueblo. El sábado, 4 de abril, recibieron buenas noticias: "Nos dijeron que lo iban a despertar porque había mejorado gracias al tratamiento. Las noticias eran buenas, pero de repente...", explica Iván, uno de sus mejores amigos, en declaraciones a El Mundo.

Al día siguiente, el domingo, el estado de Óscar sufrió una grave recaída y ya no se recuperó. Los amigos no se lo creen, "estaba muy bien. Era un chaval fuerte nunca había tenido problemas", asegura Adolfo, propietario del Clipper, competencia directa de la taberna Tormes y al mismo tiempo amigo de Óscar.

Este joven cocinero se hacía cargo del restaurante junto con su madre Montse. El negocio iba muy bien, estaba en pleno crecimiento. El padre trabaja en una carnicería, cerca del Tormes.

Óscar había estudiado hostelería y pastelería en Ávila y en Salamanca, y era un "currante", aseguran sus amigos. Era famoso por las judías y las patatas revolconas con picatostes, que siempre ponía en sus platos. Un producto típico de la zona, en la Sierra de Gredos, una región muy turística.

Los amigos sospechan que la afluencia de turismo antes de decretarse el estado de alarma fue posiblemente el origen del contagio: "Estos días vino mucho turismo. Lo cogería entonces", explica un amigo de Óscar. Una de las muchas situaciones que se vivieron días antes del orden de confinamiento, como muchos otros lugares, el Barco de Ávila se llenó de mucha gente que venía de la ciudad en busca de aire limpio o para pasar los días en sus segundas residencias.

Óscar no dejó de trabajar hasta que la normativa se lo permitió, incluso aquella misma semana estuvo sirviendo vino a los clientes que iban a alguno de los entierros de víctimas del coronavirus.

Justo después de cerrar el Tormes, el joven cocinero empezó a encontrarse mal y tener fiebre. Prefirió quedarse en casa, hasta que su estado empeoró y la familia le pidió que fuera al centro de salud donde le hicieron un seguimiento. Y de allí, en el Hospital de Ávila donde el domingo pasado moría con sólo 25 años.

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