El infierno de la residencia con 96 ancianos muertos: "Debimos haberlos sacado"

El Español entrevista a 5 familiares de uno de los agujeros negros de la catástrofe sanitaria. La UME encontró allí 9 cadáveres de ancianos
El infierno de la residencia con 96 ancianos muertos: "Debimos haberlos sacado" - Fotomontaje: El  Español
photo_camera El infierno de la residencia con 96 ancianos muertos: "Debimos haberlos sacado" - Fotomontaje: El  Español

Un reportaje de Brais Cedeira publicado en El Español

En estos días hay más gente que nunca despierta de madrugada. La del 29 de marzo, Miguel Ángel Fernández no era capaz de dormir. Como muchas otras noches desde entonces en su casa de Vicálvaro , tampoco Ana, su mujer, lograba conciliar el sueño, y por eso ambos permanecían insomnes, sumidos en la tristeza, cuando recibieron aquella llamada al filo de las tres de la mañana. Era la Unidad Militar de Emergencias del Ejército.

Horas atrás, los soldados habían entrado con una dotación de bomberos en la residencia Vitalia Home de Leganés. Su objetivo era desinfectarla. Allí pasó su padre, don Ángel Fernández, ya aquejado de toda clases de males, los últimos 15 años de su vida. Al acceder al interior los soldados se encontraron con los cadáveres de 11 ancianos. Uno de ellos era el de don Ángel. En febrero había cumplido 90. Su cuerpo todavía no se lo había llevado la funeraria.

-Mire, hemos entrado y uno de los fallecidos que hemos encontrado es su padre. Estaba en la cama de la habitación. ¿Se lo ha dicho a usted la residencia?

-Sí, llamaron a mi hermano ayer por la mañana. 

-Es para que tramiten ustedes lo del entierro. 

-Ya se lo hemos comunicado a la funeraria, la Almudena. Dicen que ellos se encargan de todo. 

24 horas antes supo que su padre había muerto. Le llamaron a las 11.45 de la mañana, y sintió una profunda rabia. "Era la primera vez que conseguimos que nos llamaran desde el 8 de marzo". Dice Ana, su mujer -él está sentado a su lado pero no se ve capaz de relatar la pesadilla-, que su marido y sus hermanos se turnaron, sin éxito, para llamar e ir conociendo el estado de su padre. "2 días antes de morir nos dijeron que estaba bien, sin fiebre, que simplemente tenía la saturación baja. Nada de coronavirus. Decían que no nos preocupásemos. Fue lo único que logramos sacarles después de decenas de llamadas".

Al día siguiente, el 30, aquel hombre fue enterrado en el Cementerio de San Lorenzo y San José. Un tipo inteligente y trabajador se iba tras una vida plagada de golpes sin poder despedirse de los suyos. Al recibir el certificado de defunción sus hijos comprobaron la causa de la muerte. "Parada cardiorrespiratoria", "sospecha Covid-19".

En los pasillos de Vitalia de Leganés la muerte se ha convertido en costumbre. Las últimas semanas han sido catastróficas. Más de cien familiares agrupados ya en una asociación comparten datos y recopilan información sobre el centro. Para narrar lo que está sucediendo allí dentro, EL ESPAÑOL ha entrevistado a cinco de ellos. El geriátrico cuenta con 266 plazas. El infierno que han logrado contabilizar asciende a 96 víctimas mortales. Saben qué día murió cada uno. La empresa solo reconoce 50. 

Un certificado erróneo

La situación se ha vuelto tan complicada que ha tenido que intervenir el gobierno autonómico, como en otros 12 centros. Contra Vitalia Leganés pesa al menos una de las 20 denuncias recibidas en la Fiscalía de Madrid por los fallecimientos en masa. Desde el Defensor del Paciente, de la mano del letrado Carlos Sardinero, de Sardinero Abogados, advierten que llegarán más. Los relatos de los afectados son similares: denuncian falta de información, falta de atención hacia los internos, y una comunicación con los familiares que, en muchos casos, ha brillado por su ausencia.

El viernes 27, Laura y otros familiares establecieron contacto con la Unidad de Geriatría del Hospital Severo Ochoa. Hablaron con una geriatra. Les dijo que solo lograban contactar con la residencia por correo. "Apenas les informan de los casos de residentes con síntomas. Solicitaron información detallada de cada residente con síntomas y no les han dado datos". Dicen los parientes de las víctimas que tampoco se los daban a ellos. 

Horas después de la llegada de los militares, el domingo 29, los familiares recibieron un mensaje de whatsapp de los responsables del centro. Habían empezado a realizar test de detección del coronavirus.  Los habían conseguido por su cuenta, ya que el Departamento General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid no se los facilitaba. Al día siguiente el 30 de marzo, fallecieron 5 residentes más. Los familiares se enteraron a través del personal de Vitalia y de la prensa que la empresa tan solo había obtenido unos 100 test. Desde la dirección aseguraron que están esperando recibir más unidades del test lo antes posible. Al padre de Laura se lo hicieron y dio negativo. Tuvo tiempo a sacarlo de allí.

... Sigue leyendo este reportaje completo en El Español

Comentarios