La última carrera de Bienvenido, empitonado hasta morir en la fiesta de la Resurrección

Le apodaban 'el Campito' y a sus 46 años no tenía hijos ni mujer. Es la segunda persona que muere en 144 años de encierros en esta localidad gaditana. El toro que lo mató fue ejecutado después. El alcalde de su pueblo, que no se plantea acabar con la fiesta, ha decretado un día de luto

La última carrera de Bienvenido, empitonado hasta morir en la fiesta de la Resurrección - EL ESPAÑOL
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Según informa Andros Lozano en EL ESPAÑOL, Bienvenido L. B., al que sus vecinos en Arcos de la Frontera (Cádiz) conocían como el Campito, murió el pasado domingo tras ser corneado en el encierro del Toro del Aleluya por un astado de 510 kilos. El animal, llamado Trampero, pertenecía a la ganadería Núñez del Cubillo.

El Toro del Aleluya se celebra ininterrumpidamente desde hace 144 años. Bienvenido L. B. es la segunda víctima de una festividad cuyo origen procede del siglo XIX y que cada Domingo de Resurrección pone fin a la Semana Santa de Arcos, un pueblo de la serranía gaditana.

La primera muerte se produjo en 1983, tras más de un siglo de encierros. Un toro mató a Antonio García García, de 35 años, casado y con cuatro hijos. Perdió la vida al ser corneado en la cabeza.

Justo 35 años después, Bienvenido el Campito unió su nombre a la corta pero luctuosa lista. En un lance del encierro, que duró una hora, Trampero dio un giro inesperado, corneó a el Campito, le perforó los dos pulmones, el gemelo de una pierna y le provocó un derrame interno. Perdió la vida poco después en el hospital de Jerez de la Frontera, a 35 kilómetros de Arcos.

Bienvenido L. B. tenía 46 años, se encontraba sin empleo, no estaba casado, tenía cuatro hermanos y vivía junto a su madre en la localidad que lo vio nacer. Durante los últimos años, para ganarse algún dinero el Campitoaparcaba coches de turistas por el centro de Arcos y luego les explicaba la historia de las iglesias y los monumentos históricos de la localidad, de 31.100 habitantes.

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