HÁBLAME DE SEXO

Towanda Rebels: “Los hombres necesitan más saber dónde está el clítoris que alargarse el pene”

"Las mujeres tenemos que plantearnos que los puteros son nuestros padres, hermanos y amigos" / "Si el hombre no consigue eyacular es un drama; si nosotras no acabamos no pasa nada"

Towanda Rebels: “Los hombres necesitan más saber dónde está el clítoris que alargarse el pene” - JORGE BARRENO / EL ESPAÑOL
photo_camera Towanda Rebels: “Los hombres necesitan más saber dónde está el clítoris que alargarse el pene” - JORGE BARRENO / EL ESPAÑOL

Una entrevista de Lorena G. Maldonado publicada en EL ESPAÑOL

Teresa Lozano y Zua Méndez, las Towanda Rebels, son una enciclopedia feminista oral: toda una clase magistral sobre la cultura de la violación, el abolicionismo de la prostitución, el veneno didáctico del porno o el poder clitoriano. Y lo mejor: al alcance de cualquiera. Mastican la filosofía dura -las reflexiones más exigentes- y la traen a pie de calle, volviéndola tan asequible como este refresco en la terraza de un hotel frente a Atocha, donde empezamos a charlar.

Publican libros -ahí su Hola, guerrera (Aguilar)-, dan charlas por todo el país a favor de la igualdad, lanzan vídeos virales para concienciar al último de los españolitos y son sólo radicales para quien no quiere entenderlas. Rebeldes, lúcidas, sensibles. Necesariamente molestas. Las Towanda poseen el discurso diáfano sobre el feminismo del que la política actual adolece.

¿Qué es el sexo y cuánto hay en él de poder?

Teresa: Es una pregunta que lanzamos en las charlas que damos sobre prostitución, pornografía, etc. Y siempre nos sorprende lo complicado que es, tanto entre gente mayor como entre gente joven, que se hable de “deseo”. Parece que los más avispados y las más avispadas tienen ya presente el tema del “consentimiento”, pero no el del “deseo”. 

Zua: Claro, sólo con el “consentimiento” no es sexo, o al menos no es sexo igualitario, o no es lo que el feminismo entiende por sexo. Una relación entre dos, tres, personas, cuatro, las que queramos, pero con deseo por todas las partes. No puede ser que sólo una parte, el hombre, desee, que sea él el sujeto deseante y la mujer sea el objeto complaciente (y la que consiente). No puede ser que el mandato para las mujeres sea consentir y complacer siempre. 

Teresa: Y lo del dominio, que viene del poder, es una consecuencia patriarcal. La dominación que teníamos fuera del sexo está también fuera del sexo, y ahora que la dominación parece que en sociedades formalmente igualitarias no tiene tanta cabida, se sigue manteniendo en el sexo. Es una manera de seguir controlándonos. Y también porque lo hemos interiorizado las propias mujeres. Si hablamos de deseo, tenemos que hablar de cómo se construye.

Zua: Sí, a través de las experiencias que vives pero también a través de tu socialización y de cómo te venden el sexo. Porque en una sociedad donde no se habla de sexo, donde todavía parece algo oscuro, que está tapado, que no se habla con normalidad entre padres e hijos, que siempre tiene ese halo de “uy, uy, uy, lo prohibido, lo transgresor...”, realmente en el campo de la desinformación el que triunfa es el que hace negocio de esa curiosidad. Al final no podemos culpar a los chavales por querer saber o conocer: no podemos culpar a los chicos por ver pornografía si nadie les habla de sexo, ni del deseo, y si además notan que es algo que tiene que ver con lo adulto, con lo íntimo, con eso que parece un secreto. El gran secreto a voces que es el sexo. 

En este sentido, ¿cómo incluiríais la educación sexual en los colegios? ¿Cómo intervenir para aliviar el drama de los pornonativos y de la concepción que tienen los jóvenes del sexo?

Teresa: Es que es tremendo. De esto se habla poco, pero una educación sexoafectiva sería lo suyo, y eso no es sólo hablar sobre sexo. Cuando eres muy pequeño, muy pequeña, es muy importante que te digan que tu cuerpo es tuyo y que nadie tiene derecho a tocarlo, sobre todo, nuestras partes íntimas, etc. Eso es educar en sexualidad. Y es una forma de prevenir el abuso sexual. Y también, antes de la pubertad, hablar de otras cosas (porque luego se te escapan, enseguida empiezan a consumir porno, a los 10 años). Decirles: la pornografía existe. Y analizar la pornografía. No se trata de prohibir, no de prohibir “porque sí”, sino de que entiendan lo que es el sexo realmente para que cuando lleguen a esa pornografía la vean desde otro punto de vista. Sobre todo porque ahora acceden a ella antes siquiera del primer beso. 

Zua: Yo creo que es fundamental que se enseñe el sexo no desde la concepción del peligro. No sólo desde el “no quedarse embarazada, no contraer enfermedades de transmisión sexual...”. No puede quedarse ahí la educación. El sexo es parte de la comunicación entre personas. Igual que les enseñamos las normas básicas de convivencia, los límites, la empatía… tenemos que hablarles de sexo. Si pedimos un café con empatía, ¿cómo no vamos a follar con empatía? También está el punto de vista anatómico. Es una vergüenza que en nuestros libros de biología no aparezca el órgano sexual femenino, que no es el aparato reproductor femenino. En la mujer el sexo y la reproducción van por órganos diferentes, no como en el hombre. Hablo del clítoris. Vamos a los institutos y no saben cómo es, ni dónde está, ni se le espera. Nuestra anatomía está invisibilizada. Tienen que saber que el sexo empieza en ellas y que tienen que conocer su propio placer. 

Teresa: Casi todas las niñas sabemos perfectamente cómo se hace una paja desde el minuto uno, desde que entramos en la sexualidad. Porque todo gira en torno al falo, herencia de la pornografía. Pero muy pocas niñas saben cómo masturbarse, cómo darse placer, cómo pedir. Hay que saber pedir, y para pedir tienes que saber lo que te gusta. Pero a ti te están diciendo “te tiene que gustar esto”. Por eso cuando dicen que la pornografía es libertad, me río. ¿Qué libertad, si responde a una partitura impuesta? No te puedes salir de ahí.

¿Se puede intervenir legalmente la pornografía?

Teresa: Por supuesto que se puede. Yo la restringiría hasta los 18, como el voto, como el alcohol. Pero fíjate, lo digo y lo digo con duda, porque pienso ¿estaré siendo una moralista? Nos han inoculado esa idea también. Cuando tenemos un pensamiento crítico acerca de la sexualidad, es un pensamiento que tiene que ser retrógrado por fuerza, y no, creo que todo lo contrario. 

¿Cómo reconocer a un machista durante el sexo?

Teresa: Un machista no escucha.

Zua: Un machista hace una performance atlética. Quiere ser el macho man, te va cambiando de posturas. No hay piel ahí. Es un tío que dice “ahora te voy a comer el coño tres segundos para que tú estés 20 minutos comiéndome la polla”, y te baja la cabeza así, te aprieta hacia abajo, luego te pone en una postura… tú no estás, está manejándote, tú podrías ser cualquier cosa. 

Teresa: Un machista o un yonqui del porno se está viendo a él mismo haciendo esa performance. 

Zua: Es el actor de sus pelis.

Teresa: No hay comunicación, no hay empatía. Es aburrido porque es mecánico. 

Zua: Y el “mira cómo te estoy dando, mira qué fuerte”. El “¿A que te gusta; cuánto te gusta?”. Un tío que te está preguntando todo el rato queriendo inducirte la respuesta. Todo el rato te pregunta por su pene. Imagínate que le dices: “No”. ¿Qué pasaría? Gatillazo. Su ego es muy frágil. Y si hay gatillazo, la culpa es nuestra, claro. “No le gusto lo suficiente, algo he hecho mal”… si él no consigue eyacular es un drama, pero ¿cuántas veces las mujeres no lo hacemos y aquí no pasa nada? 

Teresa: El mandato que nos han dado es que el sexo finaliza cuando el hombre eyacula. Y que el sexo comienza con algo que llamamos “preliminares” pero es sexo.

Zua: Con los preliminares muchas mujeres tenemos orgasmos. Yo hablaría ahí de “relaciones completas”, no como dicen las sentencias judiciales, que se refieren a que una relación completa es la penetración. Guau con las sentencias judiciales. 

¿Qué hay del chantaje del condón?

Zua: No se habla mucho de la violencia que se genera contra las mujeres con el uso del condón. Se da en muchos casos. El primero es el chantaje emocional: “Me gustas mucho, contigo es especial, contigo no hace falta, no pasa nada, yo controlo...”. Mentiras. “Quiero sentir tu piel...”. ¿Qué me estás contando? 

Teresa: Y el “es que con condón se me baja”.

Zua: ¿Cuántas de nosotras, después de ceder, al día siguiente estaba cagada de miedo? 

Teresa: Y esto enlaza con algo que también es violencia sexual y es que parece que las enfermedades de transmisión sexual no van con los hombres. Con algunas a ellos no les pasa absolutamente nada y en nosotros puede desarrollarse en un cáncer, etc. Eso es añadido. Para nosotras es mucho más arriesgado. Y luego está lo de quitarse el condón sin avisar. 

Se está penando. En Berlín se condenó a 8 meses de prisión a un hombre por hacerlo. 

Zua: Claro, pero, ¿cómo lo pruebas? Es siempre lo mismo. ¿Qué haces, vídeos? 

Yo lo considero una violación. 

Teresa: Lo es, porque además tiene consecuencias para tu vida. Embarazos, ETS… y sin saberlo, porque no lo has elegido tú en ningún caso. No sabias que estabas en riesgo. 

Zua: Muchas veces estas violencias se ejercen  con la pareja, por eso tenemos que romper con el estereotipo de lo que es una violación.

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