El topo que enamoró a la madre de ‘El Cuco’ para saber cómo se "quitaron de en medio" a Marta del Castillo

Óscar se infiltró durante más de dos años en el entorno del encubridor de Carcaño. Cuenta en exclusiva cómo lo hizo y aporta audios reveladores

El topo que enamoró a la madre de ‘El Cuco’ para saber cómo se "quitaron de en medio" a Marta del Castillo - ANDROS LOZANO / EL ESPAÑOL
photo_camera El topo que enamoró a la madre de ‘El Cuco’ para saber cómo se "quitaron de en medio" a Marta del Castillo - ANDROS LOZANO / EL ESPAÑOL

Un reportaje de Andros Lozano publicado en EL ESPAÑOL

Rosalía le confió las llaves de su casa, se contaron confidencias, dieron paseos por la playa…

"Nos veíamos cada dos o tres días y hablábamos a diario por teléfono. Me retraté ante ella como un delincuente, como alguien de los bajos fondos que conocía el mundo del hampa. Sólo así me gané su confianza. Ella pensaba que nos íbamos a marchar juntos a algún país del este de Europa cuando todo acabase para su hijo. Estaba muy ilusionada conmigo, pero…”

Pero todo era una farsa. Óscar no era quien le había contado a Rosalía García, la madre de 'El Cuco’, condenado por encubrimiento en la muerte de Marta del Castillo. Antaño había sido un delincuente, sí, pero ahora sólo quería engatusarla.

Corría febrero de 2009 y en realidad él era un topo que acababa de infiltrarse en la vida de Rosalía. Buscaba arañarle una confesión, un detalle, unas simples palabras que pudieran arrojar luz a la desaparición de Marta, que se había producido el 24 de enero de ese mismo año.

Durante dos años y medio, Óscar, quien antes ya había colaborado como “informante” y "asesor" de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, grabó 600 horas de conversaciones con Rosalía y su entorno. Registró charlas con el que todavía era su marido pero con quien estaba en trámites de separación, Ángel Romero, y, entre copas y porros, también grabó a Francisco Javier García, ‘El Cuco’. 

La frase que lo dejó en shock

A Óscar se le erizó el vello en una de esas conversaciones que le grabó a 'El Cuco'. Un rayo le recorrió el cuerpo al escuchar “donde nos la quitamos de en medio”. Fue poco antes de octubre de 2011, cuando arrancó el juicio a los implicados en el caso que eran mayores de edad.

Este viernes, mientras toma un café con leche en una cafetería de Sevilla próxima al estadio de Nervión, el topo cuenta cómo se dio aquella conversación. A Francisco Javier ya se le concedían permisos de salida del centro de internamiento de menores al que se le había enviado por encubrir a Miguel Carcaño, autor confeso de la muerte de Marta. Por ese tiempo, su amigo Samuel Benítez, que más tarde saldrá absuelto durante el juicio, ya ha conseguido que se le deje en libertad condicional.

“Por ese entonces 'El Cuco' y Samuel ya han retomado su amistad. Como antes, como cuando Marta todavía estaba viva”, dice Óscar. ¿Pero qué conversación fue esa que mantuvieron usted y él?, le pregunta el periodista. Al instante, este reportero escucha en su ordenador un archivo de audio que el infiltrado ha traído en un pendrive.

- ¿A ti no se te han metido detrás nunca, niño, para ver si… sabes lo que te quiero decir?- le pregunta el topo a 'El Cuco' sobre si piensa que la Policía le pueda estar siguiendo ahora que ha vuelto a Sevilla.

- ¿Para ver si voy donde nos la quitamos de en medio o algo…? No que yo sepa. Yo no me he dado cuenta. Pero de todas formas, la ruta [que está haciendo esos días] es la que te he dicho: de mi casa a la casa de Samuel, a El Prado, al río y fuera… Si me persiguen es lo único que van a saber.

[Más información: 'El Cuco' en su nido francés: la vida plácida del hombre que sabe dónde está Marta del Castillo]

"Le traicionó el subconsciente"

“Fue un desliz. Le traicionó el subconsciente”, explica el infiltrado durante su cita con EL ESPAÑOL. “Rectificó de inmediato, me dijo que él no había hecho nada y yo le seguí la corriente como si ni siquiera me hubiera dado cuenta”.

Durante el tiempo que estuvo infiltrado, el topo visitó con Rosalía y Ángel a 'El Cuco' en el centro de menores en el que se le recluyó, acompañó a su madre y al padrastro a las sesiones del juicio en las que declararon como testigos, y estuvo presente en reuniones con abogados o con policías. Era la sombra de la progenitora del chico. Se emborrachó con Rosalía, jugó a enamorarla y supo, dice él, que oculta parte de la verdad del caso.

"A mí me dijo que Marta ni nada de Marta iba a aparecer. 10 años después, esa profecía se ha cumplido. Y ella no es una adivina", dice Óscar, quien oculta su verdadera identidad bajo un nombre falso y siempre va acompañado de una persona de confianza cuando sale a la calle para citarse con algún desconocido. "Si un juez me pide todas esas grabaciones, yo se las entrego. Pero ahora sólo puedo desvelar algunas".

Aquellas 600 horas de grabaciones nunca se judicializaron. Se hicieron ajenas al proceso de instrucción. Óscar dice que el Grupo de Menores (GRUME) de la Policía Nacional lo dejó "tirado". Miles de conversaciones que nunca llegaron a manos del tribunal que enjuició el caso. La policía, durante el proceso judicial, dijo de Óscar que era un “delincuente” y que todo lo que decía eran “paparruchadas”. Él sostiene que fueron ellos quienes le pidieron colaboración.

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