Según recoge Informativos Telecinco, Jason Takor acababa de celebrar su tercer cumpleaños cuando su madre descubrió su enfermedad. El pequeño británico tenía un tumor del tamaño de una mandarina en uno de sus testículos.
"Cuando lo encontré, fue como si un enorme agujero negro se hubiera abierto. Intenté no pensar en lo que podría pasar. Jamás lloré delante de Jason. Él era extraordinariamente positivo", explica Zuzana el diario The Sun.
Los médicos tuvieron que quitarle el testículo derecho, pero el cáncer se había extendido y el pequeño tuvo que someterse a quimioterapia, radioterapia y otras terapias alternativas. Y funcionó, puesto que en octubre de 2016 el tumor remitió. Desde entonces, Jason tiene que ir a revisión cada tres meses.
Este tipo de cáncer normalmente afecta a hombres de entre 15 y 40 años, por lo que el caso de Jason es "uno entre un billón, o más improbable", informa el profesor Thomas Powles, experto en este tumor desde hace 20 años.
"La medicina hizo que mi pelo se cayera, pero ahora estoy deseando caminar, hacer rugir a mis dinosaurios y Lego's para Navidad", ha explicado el pequeño que, como cualquier niño de su edad, tan sólo quiere disfrutar de sus juguetes y ser feliz.
Por eso, para que Jason lo consiga, su madre ha creado un crowdfunding para poder decorar una nueva habitación para él solo, sin tener que compartirla con su hermana pequeña. "Queremos que la gente buena nos ayude a hacer uno de sus sueños realidad y darle un poco de espacio solo para él".
