Una joven va al médico por un dolor de espalda y es cáncer: le quedan días de vida

Con 29 años le han comunicado que es terminal
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Según recoge Informativos Telecinco, Becca Smith, una joven inglesa de 29 años gran aficionada al gimnasio, notaba un fuerte dolor en la espalda y sufría una tos persistente, y ambas cosas las achacaba a una lesión que podría haberse producido entrenando. Pero al acudir al médico el diagnóstico fue muy distintivo: Becca sufría un cáncer de pulmón en fase 4 y le daban dos semanas de vida.

La historia de Becca se ha hecho viral en Reino Unido estos días, gracias a un post que ella misma ha publicado en Instagram y de la que se ha hecho eco el diario The Sun. Becca Smith es una mujer joven, deportista y que no ha fumado en su vida, pero como ella misma recuerda: "cualquier persona con pulmones puede contraer cáncer de pulmón", por lo que ha querido incidir en la necesidad de reconocer los síntomas del cáncer de pulmón y ha hecho una llamada para que "los médicos de cabecera no nos descarten por ser demasiado jóvenes, demasiado saludables".

Un diagnóstico que tardó demasiado en llegar

Las molestias comenzaron en 2019 y a principios de 2020 Becca dejó de realizar entrenamiento de fuerza pensando que se habría producido un deslizamiento de disco haciendo deporte. Acudió a diferentes médicos, fisioterapeutas, pero el dolor no mejoraba. Al final, en marzo de 2020 perdió momentáneamente la visión y fue hospitalizada. Fue entonces cuando distintas pruebas llevaron al fatal diagnóstico. Becca tenía un cáncer de pulmón en estadio cuatro que se había extendido ya desde sus pulmones hasta su columna vertebral, cerebro y cráneo, y no la daban más de dos semanas de vida.

La sorpresa y el dolor de un diagnóstico tan sorprendente y demoledor fue un sock para Becca y su familia, que días después supieron que el cáncer que sufría era de tipo ALK. Es un cáncer de pulmón poco común, que supone solo el 5% de los casos de este tumor, y que suelen sufrir precisamente menores de 50 años no fumadoras. Aunque incurable, este tipo de cáncer tiene un tratamiento que puedo mantenerlo estable e impedir que crezca y que puede alargar mucho la vida de los pacientes. 

Desde aquel fatídico día de marzo de 2020, cuando Becca se fue a su casa para recibir allí cuidados paliativos, la joven deportista sigue un tratamiento a base del medicamento Alectinib y su calidad de vida ha mejorado bastante. Ha vuelto al gimnasio y todos los meses vuelve al hospital para seguir su caso. Su pronóstico ahora es desconocido, pero Becca afirma que debe seguir adelante. "No puedo vivir mi vida con miedo", afirma Becca. 

Con su historia, Becca quiera hacer tomar conciencia a médicos y a jóvenes para que sepan detectar los síntomas del cáncer de pulmón y animarlos a que acudan al médico ante cualquier pequeña alarma.

Una leve tos y un dolor de espalda terminan en un diagnostico de cáncer terminal

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