Fraude en la funeraria: No les quemaban y troceaban los cadáveres para venderlos

Las propietarias, madre e hija, han sido detenidas y enviadas a prisión
Fraude en la funeraria: No les quemaban y troceaban los cadáveres para venderlos
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Según recoge El Caso, el Jack El Destripador de los Estados Unidos actúa en una funeraria de Colorado. La diferencia con el popular personaje de Londres (Reino Unido) que asesinaba, mutilaba y extirpaba los órganos, es que las dos mujeres que han entrado en la prisión por trocear cadáveres y venderlos ya encontraban a las víctimas muertas. Madre e hija hacían este trabajo juntas y se calcula que al menos descuartizaron 560 cuerpos mientras Megan Hess, de 46 años, estaba al frente de la funeraria Sunset Mesa, en Montrose (Colorado).

Pero Hess no actuaba sola a pesar de ser la propietaria: lo hacía de la mano de su madre Shirley Koch, de 69 años. La titular del negocio dirigía, además, una entidad que se dedicaba a gestionar donaciones de cadáveres, Donor Services. Una coincidencia que se habría utilizado para tapar las descuartizaciones que no tenían autorización de las familias y vender posteriormente los miembros del cuerpo humano por separado. Aunque parece un tanto estrambótico esta práctica en Estados Unidos es legal, siempre y cuando haya un consentimiento de los familiares para hacerlo. Cosa que no tenían, pero consiguieron beneficiarse económicamente de 560 cadáveres, además de enterrarlos o incinerarlos.

Ambas en la prisión más de una década

Según ha informado en un comunicado este martes al Departamento de Justicia y la Fiscalía de los Estados Unidos del Distrito de Colorado, Hess ha sido condenada a 20 años de prisión y Koch en 15. Las dos se declararon anteriormente culpables de un delito de fraude por correo y colaboración.

"Koch y Hess no discutieron ni obtuvieron autorización para la donación de cuerpos o partes del cuerpo de difuntos para los servicios de intermediación corporal. En otros casos, el tema de la donación fue planteado por Hess o Koch, y específicamente rechazado por las familias. En estas circunstancias, a pesar de no tener ninguna autorización, Koch y Hess recuperaron partes del cuerpo o prepararon, de otra manera, cuerpos enteros de centenares de difuntos para los servicios de intermediación corporal", explica la institución penal en la nota publicada, después de que la jueza Christine M. Arguelle las condenara a ambas este 3 de enero a 20 y 15 años de prisión, respectivamente.

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