Por si fuera poco, la pareja quedó atrapada dentro del tubo, retorciéndose de agonía durante dos horas mientras gritaban pidiendo ayuda, según informa 'The Sun'. Finalmente, fueron rescatados por agentes de policía que habían respondido a las llamadas de los vecinos advirtiendo de "niños jugando". "Somos idiotas, que sea una lección", admitió Claire.
La mujer contó su dramática experiencia: "No podía pensar con claridad porque el dolor era insoportable. Fue como una escena de una película de terror. Miré a Barry. Estaba en posición fetal y en silencio. Fue entonces cuando pensé que ambos íbamos a morir".
Vickers ya había pasado cuatro horas bebiendo en el pub antes de reunirse con el Barry en su casa para seguir consumiendo. Estaban muy borrachos cuando decidieron salir a pasear y darse un chapuzón. Lograron abrirse paso por debajo de una verja y se propusieron deslizarse juntos por el tobogán. Pero no se dieron cuenta de que había una barrera hasta que ya era demasiado tarde e iban a toda velocidad directos hacia ella.
Agónica espera dentro del tubo esperando ayuda
Se estrellaron con los pies por delante, lo que provocó que la espinilla de Claire se rompiera. Todos los huesos de su pie izquierdo quedaron rotos. Golpeó desesperadamente el lateral del tubo mientras gritaba pidiendo ayuda. Mientras, Douglas, conductor de montacargas de profesión, se fracturó la pierna izquierda y ambos tobillos.
Tras una agónica espera, la pareja fue trasladada al Hospital Frimley Park en Camberley, Surrey, pero luego fue trasladada al Hospital St George's en Tooting, al sur de Londres. Claire, que tiene dos nietos, permaneció en el hospital durante dos semanas y media y los médicos le han dicho que no podrá volver a caminar hasta dentro de seis.
No se toman medidas contra la pareja, que ha decidido compartir su historia como advertencia a los demás. El Ayuntamiento de Rushmoor se negó a comentar porque "las investigaciones están en curso".
