Un esqueleto y dos desaparecidas: las incógnitas que perturban a un pueblo español

Y un vecino sospechoso del asesinato de las dos mujeres
Una excursión familiar acaba en tragedia: padre e hijo menor de 10 años muertos, búsqueda, asesinato, paraje, cadáver, rescate, Guardia Civil, 
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Según recoge El Caso, la reciente aparición de un esqueleto ha desterrado del olvido la historia del valle de San Juan, en Los Pontones (Asturias). Mientras la Guardia Civil investiga para intentar descubrir la identidad de los restos óseos, los casos de dos mujeres desaparecidas hace más de treinta años han regresado a la memoria de los familiares que siguen notando sus ausencias. Huesos sin nombre envuelven el valle en unas perturbadoras incógnitas que la policía está tratando de resolver.

El valle de San Juan se caracteriza por su habitual tranquilidad, pero la reciente aparición de un esqueleto humano ha trastocado la monótona vida de sus habitantes. De momento, y hasta que el informe forense determine la antigüedad y características anatómicas de los huesos, todo son preguntas sin respuestas. La Guardia Civil ha dejado abiertas todas las hipótesis de la investigación, según han confirmado fuentes del cuerpo.

Dos desapariciones sin resolver

A la espera de los resultados, la asociación Laxshmi para la lucha contra el crimen y la prevención ha solicitado que se abra una vía concreta de investigación. El colectivo pide que, en cuanto sea posible, se cotejen los restos con muestras de ADN de los hijos de Hermosinda Jiménez, una vecina del valle de San Juan que permanece desaparecida desde 1990. Sin embargo, no es la única mujer desaparecida en el valle de San Juan en un periodo más o menos reciente. Y es que Etelvina García también desapareció, en este caso en 1984, sin dejar rastro.

Hermosinda Jiménez Álvarez tenía 50 años y su desaparición generó una tremenda conmoción en Mieres. De hecho, muchos vecinos se acordaron de esta mujer cuando el miércoles de la pasada semana aparecieron los huesos encontrados por un vecino de Los Pontones, ya que entre el lugar donde se encuentra el cadáver y la residencia de la desaparecida solo hay tres kilómetros. La familia de la desaparecida también se ha inquietado. Los hijos de Hermosinda Jiménez se hicieron en su momento pruebas de ADN. Ahora reclaman que las muestras se cotejen con los restos óseos hallados en Los Pontones.

La otra mujer desaparecida, Etelvina García, tenía 62 años. Estaba viuda. Vivía sola y apartada, cuidando de una vaca y otros animales en Santo Emiliano (Asturias). En vísperas de la llegada del invierno desapareció, y decenas de personas ayudaron en su búsqueda. Cerca de su casa se encontró un cinturón partido en dos y un pendiente tirado en un camino. Se inspeccionaron bosques, cuadras, cuevas y minas abandonadas, pero la viuda nunca apareció.

Un sospechoso

En su momento, la familia de Hermosinda Jiménez luchó por impulsar la investigación y encontrar al culpable. Y, aunque el caso giró en torno a un sospechoso principal, nunca se detuvo a nadie. Ahora, después de encontrar los restos óseos, la familia ha vuelto a tener esperanza para poder esclarecer un suceso que nunca llegó a resolverse, en parte, por la ausencia del cadáver.

El vecino de la localidad, Jesús Murillo, fue quien encontró el esqueleto, muy cerca de la carretera general de Santo Emiliano. Según fuentes policiales, el esqueleto tendría entre siete u ocho años de antigüedad, por lo que no se puede descartar ninguna conexión con el caso de Hermosinda Jiménez y Etelvina García. De momento, no hay indicios más allá de las sospechas.

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