Asesina a su joven vecina de 32 años un fugitivo que mató a otra mujer en Madrid

Clavó ocho puñaladas a una turista francesa ante la negativa a mantener relaciones sexuales
Restos de sábanas tras el levantamiento del cadáver de la mujer asesinada - Fotografía: El Periódico de Aragón/Andrea Vornicu, cadáver, asesinato, tiroteo, homicidio, apuñalado, apuñalamiento, reyerta, 
photo_camera Restos de sábanas tras el levantamiento del cadáver de la mujer asesinada - Fotografía: El Periódico de Aragón/Andrea Vornicu

Según recoge El Periódico de Aragón, Cristina, de 32 años, fue asesinada el lunes por la noche en Zaragoza por su vecino de rellano. No sabía que este hombre marroquí que responde al nombre de Adil Lazizi y de 45 años estaba en busca y captura desde 2020 por no reingresar tras uno de los permisos que disfrutaba tras ser condenado a 21 años de cárcel por cometer otro crimen en Madrid en 2001 y que cumplía en la cárcel de Zuera. En aquella ocasión mató también a una mujer, Siham, una francesa de 24 años que se encontraba haciendo turismo en compañía de una amiga. Fue porque ella se negó a mantener relaciones sexuales.

El porqué del asesinato de Cristina, ocurrido este lunes en el número 8 de la calle Alegría en el zaragozano de San José, todavía está siendo investigado por el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que tiene abiertas todas las hipótesis, entre ellas que haya reeditado el crimen ocurrido hace 21 años.

En aquél, la víctima, que iba con una amiga, conoció a su asesino, quien iba acompañado por un amigo. Los cuatro decidieron irse a la vivienda de uno de ellos, un piso alquilado situado en la cuarta planta del número 35 de la calle Hierbabuena, en el distrito de Tetuán. Allí las dos parejas se separaron, si bien la amiga de la víctima se alarmó sobre las 08.00 horas cuando oyó unos gritos de dolor de Siham. Al entrar en la habitación contempló su cuerpo ensangrentado en la cama. Presentaba ocho puñaladas. De Adil Lazizi no había ni rastro, si bien horas más tarde se entregó en dependencias policiales próximas de la calle Francos Rodríguez. Iba en ropa interior y se negó a declarar ante los agentes.

Posteriormente, la Policía Nacional determinó que el asesinato de la joven francesa se produjo ante la negativa a mantener relaciones sexuales. En la entrada del piso, encima de un aparador, los investigadores encontraron el arma homicida: un cuchillo de cocina de 20 centímetros de hoja doblado y con el mango de madera astillado, lo que da idea del violento ataque y que también guarda analogías con el crimen de la calle Alegría de Zaragoza ocurrido la noche del lunes.

Los gritos de la víctima sobre las 21.55 horas alarmaron a un vecindario que llamó a la sala del 091 de la Policía Nacional. Cuando varias patrullas de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón llegaron al lugar, la víctima estaba muerta sobre el suelo del rellano y Adil Lazizi estaba herido, aunque llevaba consigo el cuchillo. Le reclamaron que lo tirara al suelo antes de arrestarle y él lo aceptó no sin antes gritar hacia el cielo:«El hombre es culpable siempre».

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