Según recoge El Caso, Emma es una niña de Almendralejo, Badajoz, que lleva uno de sus siete años de vida confinada en casa por la Covid-19.
La pequeña padece una enfermedad cardíaca que la cataloga como persona de "alto riesgo mortal" por el coronavirus.
Emma, de 7 años, confinada desde hace un año
El pasado 13 de marzo la vida de prácticamente todo el mundo dio un vuelco enorme. Emma, de tan solo 7 años, lleva desde entonces confinada, sin las pequeñas treguas que quedaron entre las olas más fuertes, según informa eldiario.es.
La menor tiene una cardiopatía congénita que le impidió pasar a la 'nueva normalidad' y que no le ha dejado volver al colegio.
Lleva 11 meses con la única compañía de su madre, Zaira Martín, su padrastro, y su hermana, a la que ve solo cada 15 días, ha relatado la madre en una entrevista a eldiario.es.
En septiembre fue imposible volver al colegio, ya que suponía un gran riesgo para Emma.
Según el citado medio, desde noviembre recibe clases en casa a través del Programa Proa Plus, que ofrece educación a domicilio para niños de primaria y secundaria que por motivos de salud no pueden desplazarse a sus centros educativos.
Educación en casa en plena pandemia
Según la entrevista, el programa envía una profesora tres días a la semana durante dos horas para dar clases de Lengua, Matemáticas, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, y "otras asignaturas intento explicárselas yo, como inglés".
Pero la educación no se trata solamente de las clases, sino del contacto con sus compañeros. Los meses de aislamiento han empezado a afectar a Emma.
Zaira afirma que "desde diciembre estamos notando un cambio en su estado de ánimo y en su salud", y que la menor tiene momentos de tristeza, estrés y ataques de ansiedad.
Alto riesgo de morir de Covid
Además, Emma se cansa más rápido y empieza a tener dolores y contracturas debido a este estilo de vida más sedentario.
Pasó de hacer educación física dos veces a la semana y gimnasia rítmica como actividad extraescolar a solo poder salir de su piso sin balcón ni terraza unas horas al día.
La situación de Emma de momento no tiene solución a corto plazo, ya que las vacunas que se han desarrollado hasta ahora no están indicadas para menores y las medidas vigentes siguen suponiendo un gran riesgo para ella.