Según recoge El Caso, las imágenes hielan la sangre y demuestran que una parte de la sociedad española vive ajena a las terribles consecuencias que está provocando la pandemia del coronavirus. Por suerte, en esta ocasión una testigo sacó el móvil y se puso a grabar, para denunciar la aberración que se estaba cometiendo.
Los hechos sucedieron el pasado fin de semana en el centro de Sevilla, donde una treintena de jóvenes, sin ninguna vergüenza ni pudor, se pusieron a beber alcohol, sin mascarilla y sin mantener la distancia recomendada, y todo delante de una residencia de ancianos a la una de la madrugada.
El dueño del bar: "Hay que ser buena persona"
"¿Os parece bien lo que estáis haciendo?", pregunta atónita la testigo, que recuerda que los jóvenes están delante de una residencia de ancianos montando jaleo a la una de la madrugada. "Hay que ser buena persona", le responde el dueño del bar, sin mascarilla. Y es que en la acera opuesta de los hechos se encuentra el bar que suministra las bebidas, un recinto pequeño donde realmente no caben tantas personas.
Algunos jóvenes le piden a la testigo que no les grabe, pero la respuesta generalizada es la de la ignorar la denuncia de la vecina, como si no fuera con ellos.
Disuelven un botellón con más de 300 personas
Las terribles imágenes ante una residencia de ancianos no son las únicas que se vivieron el pasado fin de semana en Sevilla. Y es que la policía tuvo que desalojar a más de 300 personas que se concentraban en el entorno del mercado de la Candelaria, consumiendo bebidas en la vía pública e incumpliendo las medidas de seguridad decretadas para frenar el coronavirus.
🟥 Avance
— Emergencias Sevilla (@EmergenciasSev) September 13, 2020
03;00 h. Un operativo conjunto de Policía Local y @policia Nacional desaloja a unas 300 personas que se concentraban en el entorno del Mercado de Las Candelarias consumiendo bebidas e incumpliendo las medidas de seguridad. Ampliaremos.#Gobernación @Ayto_Sevilla pic.twitter.com/lt4icn9FVM
