La subida del diésel revoluciona al campo: José Manuel, asfixiado, gasta 350 euros al día

- Mientras que el precio al que venden sus cultivos prácticamente no varía, el precio del diésel aumenta en detrimento de los agricultores.

- Lo utilizan para toda la maquinaria, pero también para los sistemas de riego, además de estar presente en los fertilizantes.

La subida del diésel revoluciona al campo: José Manuel, asfixiado, gasta 350 euros al día - EL ESPAÑOL
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Un reportaje de Sergio Guinaldo publicado en EL ESPAÑOL

Terreno fértil, agua, sol. Es lo que necesita un agricultor para tener una buena cosecha. Pero hay un factor extra que lo mantiene en vilo con el que pocos cuentan: el precio del diésel. En un año, el litro ha subido 18 céntimos. Y se están ahogando.

Las cosechas aragonesas, extensivas en su mayoría, son de las que más diésel requieren. Por ello, el pasado miércoles 5 de diciembre cientos de tractores (con consumos medios de 25 litros a la hora) salieron a las calles de Zaragoza para reclamar soluciones. Aunque es un problema que afecta a todos los agricultores y a todos los cultivos. En España hay 265.000 agricultores registrados en la Seguridad Social y más de 200.000 tractoresregistrados.

¿Qué hace que el diésel sea tan determinante en la cadena productiva? El carburante está presente en casi todos los procesos. Por un lado, la maquinaria agrícola y los sistemas de regadío funcionan únicamente con diésel. Por otro, los abonos y fertilizantes se generan a partir del gas natural; su precio está determinado en tres cuartas partes por el precio del barril de Brent. Y a todo ello hay que sumarle los costes del transporte. La inflación del oro negro les está exprimiendo. 

Aurelio lleva cultivando desde hace 30 años trigo, cebada, colza y girasol, en su mayoría. Trabaja todo el año en sus 100 hectáreas en San Miguel de la Ribera, en Zamora. En su haber, una nave y un tractor, con sus respectivos aperos de labranza. Arados, cultivadores, rastrejos, sembradoras, abonadoras y herbicidas. La segadora funciona aparte.

Cuenta a EL ESPAÑOL que, gracias a las nuevas técnicas de cultivo y las nuevas variedades de semilla, las explotaciones son más productivas. Pero los costes aumentan a un ritmo aún más alto. "Antes, podíamos vivir con 50 hectáreas de terreno. Ahora, necesitas 150 o 200 para sacarle el mismo beneficio", recuerda Aurelio González. 

Sube el petróleo, se estanca el cereal

En su caso particular, la cebada prácticamente no ha variado su precio en diez años, según los datos del Ministerio de Agricultura. Y, aunque no dispone de datos con más antigüedad, los agricultores coinciden en que el estancamiento del precio viene de más atrás.

"Mi problema son los precios. Liquido el trigo al mismo precio al que lo hacía mi padre cuando yo tenía 10 años. Y tengo 50", explica Aurelio. "Él, con lo que ahorraba un año, podía comprar un tractor; yo necesito esperar cuatro o cinco años", detalla el agricultor. 

El precio de la cebada se ha mantenido constante, pero no el del petróleo. Desde enero de 2017, el diésel tipo 'b' (el destinado a la agricultura) ha subido un 27%. Ha pasado de costar unos 70 céntimos a 88. Y, aunque pueda parecer un aumento insignificante, lo es todo para ellos. 

"Si a un camionero le suben el precio del diésel, lo repercute a su cliente. Nosotros no podemos hacer eso, ya que quien fija los precios son distribuidores e intermediarios", lamenta José Manuel Roche, agricultor y secretario de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Aragón (UPA). Es una de las regiones más castigadas por la subida del combustible, ya que gran parte del cultivo de secano extensivo se da en esta zona.

"Nos estamos gastando 350€ al día en gasóleo". Así de contundente se muestra José Manuel. "Si tuviéramos que pagar el gasóleo a 1'23€, tendríamos que cerrar. Si tuviéramos que pagar por él 1€ el litro, tendríamos que cerrar también. No podemos soportar ese coste de producción", advierte.

Este experimentado agricultor explica a EL ESPAÑOL que en el año 2005, agricultores y Gobierno llegaron a un acuerdo por el que se acordó la devolución del impuesto especial de hidrocarburos (IEH), que era de 76€ por cada 1000 litros. También, la deducción del 35% de las facturas soportadas del gasóleo en la declaración de la renta, la deducción del 15% en plásticos y la deducción del 15% en fertilizantes dentro del IRPF. En 2015, la devolución bajó de 76 a 63 euros y las deducciones desaparecieron.

"El diésel no se va a llevar ninguna explotación por el camino. Pero va a provocar que tengan que ceder terrenos, reducir su producción, reducir costes... puede que algún agricultor no pueda renovar sus tractores, ahora que vamos en la línea de buscar la eficiencia ecológica de los vehículos", pronostica.

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