Según recoge EL ESPAÑOL, las alergias y las intolerancias alimentarias están a la orden del día, de ahí que sea tan importante que los fabricantes declaren en la etiqueta todas las sustancias que llevan sus productos. El asunto no es baladí. Una persona alérgica puede desde desarrollar un leve sarpullido hasta tener un episodio de anafilaxia o incluso morir. Por eso, la legislación es estricta con los fabricantes y exige que el listado de ingredientes incluya cada uno de los compuestos con los que se ha elaborado.
La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) suele emitir alertas cada vez que detectan un producto que no ha cumplido con la normativa. Las autoridades sanitarias de Castilla y León alertaron hace unos días a este organismo de la presencia de leche no declarada en el etiquetado en rosquillas elaboradas en nuestro país y trasladaron el caso a este organismo, que emitió un aviso a través de la Red de Alerta Alimentaria Nacional (Sciri).
En concreto, se trata de las rosquillas que elabora la marca Dulcipavay que comecializa en bolsas de 300 gramos. El lote de los productos afectados es el 059 y la fecha de consumo preferente es el 28 de mayo de 2019.
"El producto afectado ha sido fabricado en la Comunidad Autónoma de Cataluña y distribuido por una empresa de Castilla y León a establecimientos de Castilla-La Mancha, Cantabria, Castilla y León, País Vasco y Madrid", explica el organismo dependiente del Ministerio de Sanidad. Así, como suele ser también habitual, la Aecosan ha informado a las autoridades competentes en estas comunidades autónomas a través de la Red de Alerta Alimentaria Nacional (Sciri).
"Como medida de precaución, se recomienda a aquellos consumidores alérgicos o intolerantes a la leche que pudieran tener el producto anteriormente mencionado en sus hogares que se abstengan de consumirlo", reza el comunicado de la Aecosan. "Asimismo, se indica que el consumo de este producto no comporta ningún riesgo para el resto de consumidores", finaliza.
Fuente: EL ESPAÑOL
