Freír o cocer las patatas ayuda a reducir la cantidad de solanina que pueda contener / Pixabay
Mucho cuidado con las partes verdes de la patata
Las patatas se suelen comprar por kilos, por lo que es habitual que estén bastante tiempo en la despensa. En alguna ocasión habrá observado como alguna de sus patatas ha adquirido un color verdoso, un suceso que atribuímos a la falta de madurez, un error bastante habitual. Y es que ese tono verde es debido a la presencia de solanina, un glucoalcaloide de sabor amargo y con propiedades tóxicas.
Este tono verde de las patatas es debido a la presencia de solanin, de sabor amargo y tóxica
Según los expertos, las intoxicaciones por solanina afectan a nuestro organismo mediante desajustes gastrointestinales y neurológicos. Es decir, los síntomas se traducen en malestar estomacal y digestivo, náuseas, dolor de cabeza, vómitos, diarreas o vértigos. El mayor riesgo es para bebés y niños pequeños, ya que al pesar poco pueden llegar a niveles peligrosos sin necesidad de consumir patatas en exceso.
Las partes verdes de las patatas indican que contiene solanina / Wikipedia
Cómo evitar la temida solanina
Ante los riesgos que conlleva consumir solanina, la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ha elaborado una guía de consejos para reducir los riesgos. En primer lugar, la OCU recomienda comprar patatas en pequeñas cantidades, en lugar de almacenarlas, e ir con mucho cuidado en no comprar patatas con zonas verdes o con brotes. Además, también ayuda pelar, cocer o freír las patatas, ya que en estos casos se reduce el número de glicoalcaloides en el tubérculo en cuestión.