Seis formas en las que un hombre puede morir masturbándote

La masturbación difícilmente te dejará ciego, aunque todo es intentarlo. Sin embargo, hay gente que se ha dejado la vida en la búsqueda del amor propio.

Seis formas en las que un hombre puede morir masturbándote
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Según informa Javier Elío en EL ESPAÑOL, “lo que más me gusta de la masturbación son los cariñitos de después”, decía Woody Allen en Un final made in Hollywood. Sin embargo, las cosas no siempre acaban bien, incluso el amor por uno mismo. Cada cierto tiempo aparece un estudio que te hace pensar en qué tipo de vida deben llevar sus autores para decir llevarlos a cabo. Esta semana nos hemos encontrado con uno de ellos, que ha llegado a la conclusión de que 100 personas mueren anualmente al masturbarse.

Y es que el onanismo clásico difícilmente te llevará a la ceguera, pero pasarte con los experimentos puede acabar llevándote a la tumba. Y ya que la muerte nos va a pillar seguro, que nos pille vividos. Con todo, ten cuidado, amigo onanista.

Asfixia autoerótica

Es la forma más habitual de morir en los brazos de Onán. Es una forma tan efectiva que fue capaz de acabar con la vida de David Carradine, el mismísimo pequeño saltamontes de Kung-Fu y Bill en Kill Bill. La falta de oxígeno aumenta el placer del orgasmo, lo cual estaría bien si no fuera porque la falta de oxígeno no es particularmente compatible con la vida. Un pequeño error puede dar con tu gozo en un pozo.

Intestino perforado por un vibrador

El sexo anal sigue estando estigmatizado entre hombres pero parece ser más popular de lo que muchos creen. En 2013, un londinense de 50 años, Nigel Willis, decidió darse un poco de placer introduciéndose un vibrador por el recto,  pero se vino tanto arriba que  se topó con el pequeño problema de que luego no se lo podía sacar. Cinco días tuvo el dispositivo en su colon antes de que decidiera superar la vergüenza y pedir ayuda. Por desgracia, para entonces el intestino ya había sido perforado, causando sepsis y un fallo multiorgánico que acabó por matarle.

Con los pezones electrocutados por las luces de Navidad

La electricidad es otro elemento que a muchas personas les gusta introducir en sus juegos sexuales. En pequeñas cantidades no tiene por qué dar problemas, pero cuando estás jugando con algo que se ha usado para ejecutar a condenados a muerte hay que tener cuidado. Un hombre en fue encontrado muerto por electrocución con las luces de Navidad fijadas en sus pezones. En Australia, un minero murió después de introducir un cable metálico de 45 cm en un enchufe y tratar de llegar al orgasmo dándose descargas en el pene.

Atragantado con un calabacín

No tiene que ser muy agradable que tu vecino se plante en tu casa porque se está ahogando tras introducirse un calabacín entero por la boca y hasta la garganta. Por desgracia, no pudo hacer nada y el masturbador –de 29 años- murió en su puerta, sin camisa y solo unos pantalones mal abrochados. La autopsia rebeló que tenía el pene semi-erecto y que estaba atado con una goma.

Con el pene atrapado en el aspirador

Es comprensible que un agujero que aspira puede ser muy atractivo para aliviar tensiones, pero por muchos ojitos que te haga, ignóralo, es una trampa mortal. Un hombre de 77 años murió al ver cómo su pene quedaba atrapado en el aspirador, sin poder hacer nada para evitarlo. A otro de 55 le ocurrió lo mismo. Mucho cuidado con estos súcubos limpiadores.

Masturbarse bajo el agua

Quizá el premio a la forma más bizarra. En 1984 un canadiense de 25 años fue encontrado ahogado en un río, atado a un barco neumático. Estaba envuelto en un traje casero de plástico que le cubría de pies a cabeza, sobre el que tenía varias prendas de invierno y un casco de hockey. Un complejo sistema le mantenía atado por los tobillos, rodillas y cadera. También tenía un sistema casero que le debía proporcionar aire, que falló, causándole muerte por asfixia.

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