Ricardo, el azulejero arruinado que acuchilló a sus dos hijas para vengarse de su mujer

Ricardo culpaba sin motivo a Itziar de los problemas económicos que tenía después de la separación. Las niñas dormían con él. Como represalia, eligió la respuesta más macabra

Ricardo, el azulejero arruinado que acuchilló a sus dos hijas para vengarse de su mujer - EL ESPAÑOL
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Según informa Brais Cedeira en EL ESPAÑOL, un crimen perverso como venganza contra una mujer. Ricardo Carrascosa García, 46 años, escogió el camino de la sinrazón asesina del machismo. Un nuevo episodio de esta lacra se ha vivido este martes en Castellón (Comunidad Valenciana) cuando este hombre asesinó a sus dos hijas, Nerea y Martina, a cuchilladas en plena madrugada. Después de perpetrar el macabro crimen se arrojó por la ventana del sexto piso en el que estaba situada la vivienda, acabando con su propia vida. La pequeña Martina tenía 3 años. Nerea cumplía siete en noviembre.

Hacía tiempo que Ricardo e Itziar ya no vivían juntos la relación que empezaron años atrás. Fue ella la que pidió separarse. Se marchó de allí y se instaló en un piso de una calle cercana, para poder estar cerca de las niñas. Las niñas dormían en la casa del padre, en la calle Río Adra, en el centro de Castellón. Era lo que a Ricardo le correspondía como período de convivencia; el resto del día lo pasaban con Itziar.

La tragedia ya se había asomado a la vida de la mujer, pero en los juzgados no fue escuchada. El día 24 de febrero, le denunció por amenazas en el Juzgado de Guardia. Fue tan solo dos semanas después de que el Juzgado de Familia estableciera las medidas provisionales para regular el régimen de visitas y el uso de la vivienda en base al acuerdo que los padres habían alcanzado.

Ricardo era natural de Villanueva del Arzobispo, un pequeño pueblo de Jaén del que llegó a Castellón, donde trabajaba como azulejero. La mujer a la que le ha arrebatado los hijos y a la que ha dejado muerta en vida trabajaba como educadora social en un centro de la zona. Itziar había sido estudiante de psicología muchos años atrás en la Universidad Complutense, cuando aún no había comenzado su vida profesional.

Después de la separación, que tuvo lugar hace un año, Ricardo comenzó a enfrentarse con su pareja. Según ha podido saber EL ESPAÑOL a través de fuentes cercanas a la familia, se había quedado en el paro tiempo atrás y achacaba todos los males a su exmujer y al proceso de divorcio . Varios vecinos con los que mantenía relación explican que tenía las cuentas embargadas.

Ricardo iba pregonando por el bario que sus problemas económicos tenían que ver con la separación con su mujer. Temía, dicen sus conocidos, que la custodia de las niñas correspondiese tan solo a la madre. El hombre optó por inflingir el mayor daño posible a Itziar, acabar con todo del modo más cobarde: la vileza del parricidio.

El doble asesinato de Martina y Nerea supone el cuarto crimen machista en las últimas 24 horas. En Bilbao fue degollada una mujer de 25 años. La Ertzaintza busca a su pareja. En Maracena, una mujer de 39 ha sido apuñalada múltiples veces hasta la muerte por su expareja.

Dos avisos previos desoídos

El doble asesinato perpetrado por Ricardo es tan solo el último y execrable escalón de una escalada de tensión en el seno de la pareja que había llevado a Itziar a alejarse de él y a pedir una orden de alejamiento. En el Juzgado de Violencia sobre la Mujer constan dos procedimientos contra el asesino. El primero se abrió en enero. Allí recibieron un parte médico de la mujer. En febrero se abrió un segundo después de que Itziar denunciase a su expareja por amenazas.

Ambos fueron archivados a petición del fiscal y de la mujer, que decidió no declarar. La orden de alejamiento que pidió Itziar le fue negada hasta en dos ocasiones por el fiscal y el juzgado. La mujer recurrió la decisión, pero después desistió de seguir solicitando la orden. Ella prosiguió por su cuenta como acusación particular en el proceso abierto por las amenazas proferidas contra ella por Ricardo.

Ricardo era un fanático de la música rock, acudía con frecuencia a conciertos de sus grupos favoritos cuando tocaban por la zona.

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