Al rey Felipe VI sólo le queda un amigo de toda la vida: el factor Letizia

La mala sintonía de la Princesa de Asturias con algunas de sus antiguas amistades ha modificado su círculo íntimo

Al rey Felipe VI sólo le queda un amigo de toda la vida: el factor Letizia
photo_camera Al rey Felipe VI sólo le queda un amigo de toda la vida: el factor Letizia

Un reportaje de Cristina Coro publicado en EL ESPAÑOL

Alejandro Magno (356 a.C-323 a.C) tenía una amistad fraternal con su médico personal Filipo de Arcanania, al que conocía desde niño. En cierta ocasión, en la que el monarca había enfermado y requirió la presencia del galeno, fue advertido de que Filipo se había vendido al enemigo y que, muy probablemente, lo envenenaría. De todos modos, quiso que lo visitase y se bebió lo que le preparó el médico. Tras esto, Alejandro Magno dijo: "Prefiero morir a desconfiar de mis amigos". Al menos eso cuenta la leyenda. 

Esta anécdota sobre el rey heleno se ha debido repetir cientos de veces a lo largo de la historia de la humanidad. Los monarcas nunca saben si sus círculos de amistades son verdaderos o son simplemente personas que se acercan al brillo de la corona.

Como Alejandro Magno, Felipe VI tenía fe ciega en su grupo de confidentes, algunos amigos desde la infancia. Sin embargo, las amistades de nuestro Rey se han reducido mucho. Tanto que de su círculo de confianza, a los 50 años, sólo le queda una persona, Álvaro Fuster. Nadie más. "La cosa se complicó mucho con la llegada de Letizia, había gente que no le caía bien y al revés. En cualquier caso, desde que Felipe es rey es mucho más serio. Se ha vuelto más reservado, ha ido perdiéndolos uno a uno", revela una persona muy cercana al monarca.

Entre sus amigos estaban Álvaro Fuster, Javier López-Madrid, Pedro López Quesada o Pablo de Grecia, entre otros. Algunos de ellos, como los primeros, compañeros del rey en el Colegio Santa María de los Rosales.Poco a poco todos menos uno han ido abandonando el círculo de confianza y desapareciendo de la vida del monarca.

La llegada de la reina a la Familia Real no supuso un terremoto sólo para los Borbón y Grecia: el círculo de amistades de don Felipe también sufrió sus consecuencias. Aunque no siempre ha sido culpa de ella. El aterrizaje de Letizia en los amigos ‘bien’ del rey no fue todo lo amistoso que tendría que haber sido cuando alguien presenta a su pareja. En el libro La Corte de Felipe VI (La Esfera de los Libros), escrito por los periodistas Daniel Forcada y Alberto Lardiés, aseguraban que varios de ellos le pusieron a la entonces Princesa de Asturias el mote de La Chacha, debido a que la experiodista no provenía de ningún barrio de lujo de Madrid, si no de Moratalaz. La esposa de Felipe VI ha conseguido hacer efectiva su venganza y de ese entorno sólo quedaron dos personas cercanas al Rey: Álvaro Fuster y Javier López Madrid. Y el segundo acabó cayéndose también. 

Javier López Madrid, el 'compiyogui'

Javier López Madrid.

"Esa relación de amistad ya no existe", afirmaba un portavoz de Zarzuela a la agencia Europa Press en marzo de 2016, refiriéndose a Javier López Madrid, más conocido como el compiyogui de Letizia. Esta fue la primera y única vez que, de forma oficial, la Casa de su Majestad el Rey hacía referencia a una de las personas cercanas en la vida privada de Felipe VI. En este caso no tuvieron más remedio: el yerno de Villar Mir aparecía imputado en varios casos de corrupción vinculados al Partido Popular. 

Javier López Madrid, nacido en Madrid en 1964 es el tercer hijo de Germán López y Pérez de Castrillón, fundador de Volvo España como principal importador de la marca sueca y de la cadena de almacenes Simago. Dedicó su vida al mundo de los automóviles y la perdió, precisamente, en un accidente de coche en su finca de Salamanca en agosto de 2001.

Aunque López Madrid era un empresario con proyección, fue su boda con Silvia Villar-Mir, en 1990, la que terminó por darle el espaldarazo definitivo. El matrimonio tiene cuatro hijos.

Además de los reyes y de su entorno, era amigo de Ana Patricia Botín o Rodrigo Rato (que terminó implicándole en el caso de las ‘Tarjetas Black’), además de algunas de las grandes fortunas latinoamericanas, como el venezolano Lorenzo Mendoza. Fue precisamente en la masión que este millonario tiene en el Caribe donde los príncipes celebraron su ‘despedida de soltero’ en 2004. La noticia terminó saltando a los medios cuando, de vuelta a España, registraron el equipaje de don Felipe y Letizia en su escala en Miami.

La relación de López Madrid con la Reina no fue siempre idílica. Cuando Letizia aterrizó en la vida de Felipe, el trato con su círculo íntimo empezó siendo muy frío. "Al principio no la podían ni ver. Son bastante clasistas. ¿Casarse con la nieta de un taxista? Ella tampoco los soportaba", asegura una persona muy cercana a la reina. Sin embargo, con el tiempo, el empresario López Madrid y la mujer de Felipe empezaron a darse cuenta de que tenían algo en común muy fuerte: la obsesión por tener un cuerpo perfecto. "López-Madrid sabe empatizar con las obsesiones de la gente. A Letizia le dio cancha con el yoga y la comida sana. Iban juntos a clase de yoga en la casa que el empresario tiene en la urbanización de Puerta de Hierro y a comprar comida juntos a Ecocentro, una tienda de venta de alimentos ecológicos", revela una fuente a EL ESPAÑOL. 

Pero esta relación terminó para siempre tras hacerse públicos los famosos mensajes en los que la reina le llamaba compiyogui. Sin embargo, todavía colea, ya que se han propagado rumores que aseguran que el Comisario Villarejo podría haber amenazado a Zarzuela con otras conversaciones entre Letizia y su excompañero de yoga de contenido económico. 

Pedro López Quesada, el confidente

Cristina Borbón-Dos Sicilias y Pedro López Quesada.

El caso de López Quesada fue distinto. El empresario no era amigo de la infancia de don Felipe, pero sí llegó a ser uno de sus mejores confidentes. El banquero, responsable del City Bank en España, está casado con Cristina de Borbón dos Sicilias, hijo del fallecido duque de Calabria, Carlos de Borbón-Dos Sicilias. 

Para el rey y las infantas Elena y Cristina, los Calabria han sido una segunda familia. El duque de Calabria, primo de don Juan Carlos,compartió con él de niño internado en Las Jarillas y fue casi un hermano, tanto que le hizo infanta de España. Por eso sus cinco hijos, Pedro, actual duque, y sus cuatro hijas, Cristina (la esposa de López Quesada); María Paloma, Inés y Victoria, princesas de las Dos Sicilias, se criaron con el entonces Príncipe y las Infantas.

Cuando Iñaki Urdangarín entró a formar parte de la Familia Real hizo buenas migas con López Quesada. Algo que demuestran correos donde Urdangarín le apodaba cabroncete y él al ex duque de Palma pichoncete. Ambos formaban un trío inseparable con el Príncipe Felipe, antes de casarse con Letizia, tanto que le organizaron su despedida de soltero.

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