La revolución de los abuelos: así son los pensionistas que ponen en jaque a Rajoy

Jubilados de toda España se han echado a la calle para protestar por la exigua subida del 0,25% de las pensiones: exigen a Rajoy que garantice su futuro. Es el turno de su 15-M particular. Blanca Elena cobra 693,36 euros, gasta una bombona cada 4 meses; no va al cine, se avía con la televisión y tampoco se toma cervezas con las amigas

La revolución de los abuelos: así son los pensionistas que ponen en jaque a Rajoy - EL ESPAÑOL
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Según informan Pepe Barahona y Fernando Ruso en EL ESPAÑOL, “no hemos enseñado a nuestros hijos a luchar”. A sus 72 años, Manuel se inculpa mientras avanza la manifestación sobre la que caen chuzos de punta. “Están muy apaciguados, y los tenemos que comprender”, justifica con voz de decepción. “Nosotros nos hemos pasado toda la vida luchando para que ellos no tuvieran que hacerlo y, claro, ahora ellos no saben lo que es eso”, insiste. “Y si no lo hacen los jóvenes —zanja—, tendremos que movernos los mayores”. Es su turno, su 15-M particular: la revolución del 15 de las pensiones, el nuevo 15-P.

Manuel no anhela los años de protestas. Fue metalúrgico y tampoco oculta su nostalgia por lo combativo que llegó a ser. Gracias a sus muchas manifestaciones, y al trabajo de décadas, ahora disfruta de un retiro cómodo, aunque sin excesos, en La Rinconada, un pueblo de Sevilla. Allí viven sus siete nietos. “Hoy —explica durante la concentración— me acuerdo de ellos, el Gobierno se está cargando las pensiones y lucho por ellos”.

Ponferrada, Zamora, Pamplona, Sevilla o Madrid. Ni siquiera la ola de frío polar ha desalentado a quienes como Manuel y Maricarmen se han echado a la calle en las principales ciudades españolas para protestar por la exigua subida del 0,25% de las pensiones y exigiendo al Gobierno de Rajoy un paquete de medidas que las garantice en el futuro.

En la capital andaluza, José Juan Abreu, un hombre de 67 años, poblada y larga barba cana y gorro de marinero, desafía a las intermitentes lluvias con un chubasquero ya calado y apoyándose en un grueso bastón de madera. “De Rajoy no espero nada, solo que acabe su mandato pronto y nos lo quitemos de encima”, descerraja con la voz aguda y entrecortada. Nació en Canarias y estudió Psicología, aunque nunca ejerció. “He tenido mil oficios distintos”, relata. Pero cobra una pensión no contributiva de 370 euros. “Las cosas…”, resuelve.

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