El pluriempleo de Gemma Nierga: cinco trabajos para salir adelante

Mientras la periodista catalana aúna empleos para permanecer en primera línea, la SER, que prescindió de ella con un despido traumático, pierde oyentes en la joya de su programación. Ella, lejos de quedarse quieta, danza por aquí y por allá. De casi dos millones de euros a sobrevivir con un sueldo terrenal

Según informa Marta Espartero en EL ESPAÑOL, en el intermedio del curso radiofónico, las ondas todavía parecen de alquiler sin Gemma Nierga en los micrófonos. La voz de la periodista catalana (Girona, 1965), compañera de legañas, de duchas y de cafés, pero también de sobremesas y de insomnio, ha dejado detrás una parroquia de fieles que ahora no saben dónde localizarla. Aunque Nierga está más presente que nunca: lejos de quedarse quieta, danza por aquí y por allá. De casi dos millones de euros a sobrevivir con un sueldo terrenal.

Tras desperezarse de ritmo diario, ahora vive lejos de los tentáculos de un grupo PRISA que un día fue hogar para acabar desahuciada. Presentaciones de libros, colaboraciones en revistas y medios son su menú. Y un denominador común: un perfil cada vez más político.

De aquel desgarrador sollozo reclamando diálogo en La Ventana al día siguiente del asesinato de Ernest Lluch a manos de ETA poco quedaba en su última época a los mandos del segundo tramo del matinal de la SER. "Estoy convencida de que Ernest, hasta con la persona que lo mató hubiera intentado dialogar: ustedes, que pueden, dialoguen por favor", dijo en los primeros momentos de los años 2000. Aunque nunca dudó de significarse política y socialmente, el formato magacín al que ponía cara fagocitó ese espíritu reivindicativo, casi punk.

“Ella siempre ha tenido esa parte política. Nunca la ha ocultado, pero es cierto que perdía peso al desprenderse del peso de la actualidad  que dirigía Pepa [Bueno] en su tramo”, cuenta a este periódico Ignacio Escolar, habitual colaborador de Nierga y uno de sus últimos jefes, en sus colaboraciones en eldiario.es durante las elecciones autonómicas de Cataluña. La faceta de la nueva Gemma, más incisiva, desperezándose de las telarañas de ese ojo crítico que ya enarbola, sigue irradiando luz con su voz. Sello de la casa.

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