Pitingo: “Cancelé mi concierto en Barcelona por el 155 y me comieron los independentistas”

"Mi padre es guardia civil y no quiero que nadie entre a la cárcel por pedir muerte para uno" / "Antes los taxis no me paraban, por gitano, desde que soy famoso me quieren coger todos" / "Yo he pasado necesidades, he cantado para los ricos y he pasado el plato"

Pitingo: “Cancelé mi concierto en Barcelona por el 155 y me comieron los independentistas” - EL ESPAÑOL / Silvia P. Cabeza
photo_camera Pitingo: “Cancelé mi concierto en Barcelona por el 155 y me comieron los independentistas” - EL ESPAÑOL / Silvia P. Cabeza

Una entrevista de Lorena G. Maldonado publicada en EL ESPAÑOL

A la Gran Vía levantada por obras se le ven las venas. Pitingo aparece entre el caos -y el nublao- tapándose la boca con su foulard de poeta. Hace frío y la garganta es oro. Presenta en el Philiphs su espectáculo Mestizo y Fronterizo, del 24 de mayo al 1 de junio. Mestizo, porque su madre es gitana y su padre payo. Fronterizo, porque nació en Ayamonte, y ahora le agobian los nacionalismos: "De la galaxia", dice, "yo soy de la galaxia". Pero la bandera de España que tampoco falte.

Bromea, cuenta anécdotas, fuma un cigarro y taconea igual que respira. Ya no pone la tele para saber de política, dice, sino para abrazarse a Netflix y a los dibujitos, por su hijo. Los haters les resbalan. Lo dice con los dientes blanquísimos: "¿No ves que tengo ya callos en las manos?". 

¿Tres momentos de mi vida que me hayan convertido en la persona que hoy soy? El nacimiento de mi hijo, que me hizo cambiar profesional y personalmente. Te ponen todavía más metas en la vida. Un momento importante en mi carrera y que me abrió muchas puertas fue conocer a Roger Waters, de Pink Floyd, y, por supuesto, cuando di el paso de unir la música flamenca y la música afroamericana. Ese casamiento surgió porque me fascinaba Aretha Franklin y tampoco dejé nunca de escuchar a Camarón o a Enrique Morente. Te hacía Respect por bulerías, o te metía las palmas y el What a wonderful world… La mezcla fue de forma natural, aunque sabía lo que iba a pasar con los puristas… me decían de todo, y siguen. Al principio fue heavy.

Sí, yo creo que los negros y los gitanos tienen muchas cosas en común y me di cuenta al escuchar a Aretha. Cantamos desde la pobreza, la necesidad y el sufrimiento. Yo tanto como pobreza no he vivido, he vivido muy humilde pero gracias a Dios nunca me ha faltado un plato de comida encima de mi mesa. En los gitanos de generación en generación se transmite en el cante el sufrimiento de todos los anteriores. Mis abuelos fueron gente muy pobre. Mi abuela dormía en la calle y pedía platos en la calle, sobre todo en la posguerra… gitanos y no gitanos. Todo el mundo. Pero nosotros quizá, igual que los negros y la gente afroamericana… siempre que hay razas que han pasado mucha necesidad, no sé por qué tenemos una música diferente, más desgarrada.

El fandango de nuestra tierra es como el blues: son cinco frases que cuentan historias pequeñas. Y a los negros les encanta nuestro fandango y nuestras bulerías. Pero sí. Necesidad sí he pasado, si te soy sincero, sobre todo cuando me fui a vivir con mi mujer sola. Yo he pasado platos y de todo, ¿eh? Buscándome la vida por los restaurantes cantándole a la gente que tenía dinero, a los ricos. Pa’ sacarme dos mil pesetillas. Y Lucio me ayudaba mucho entonces, me acuerdo. Siempre le preguntaba a Lucio: oye, ¿qué familias hay que tengan ahí dentro dinerillo, pa’ cantarles? Y me decía: “Ésta, ésta y ésta”. Lo hacíamos así.

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