Piedras ocultas, lianas y tablas con clavos: la ruta de trampas que dejaron parapléjico al ciclista Diego

Diego iba en una ruta con su bicicleta cuando cayó contra una piedra. La Policía ha sido rotunda en sede judicial: la roca “estaba colocada para provocar daño”

Piedras ocultas, lianas y tablas con clavos: la ruta de trampas que dejaron parapléjico al ciclista Diego - EL ESPAÑOL
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Según informa Marta Espartero en EL ESPAÑOL, un pequeño traqueteo. Un runrún preocupado, un rumor percutor, constante, desconfiado. Hacía tiempo que los ciclistas gallegos sospechaban. Lo temían, lo sabían. Entre el barro de los derrapes en la naturaleza y la grasa de las cadenas de la bicicleta se escondía algo más. Trampas. No eran bienvenidos en los montes.

El mensaje era claro. Los bosques tienen dueño y no son (todos) los ciudadanos. Mucho menos los que van acompañados de casco y dos ruedas.

Tras el inicio del juicio por el accidente de Diegoel ciclista de Vigo que quedó parapléjico en el monte de Alba tras caer contra una piedra de grandes dimensiones colocada, presuntamente, por la comunidad de montes de Valladares, EL ESPAÑOL recopila distintas trampas presentes en las montañas gallegas para impedir el paso de ciclistas. Puestas, presuntamente, por estos ‘amigos de los bosques’.

Rocas, lianas. Ramas atravesadas, troncos a medio talar, tablones con clavos. Los ratos a dos ruedas por los montes parecen, a tramos, una lucha por no caer en una ratonera plagada de obstáculos.

Pero esa piedra, la de Diego, es sólo el ejemplo, el más trágico de todos, de las distintas trampas que pueblan las montañas gallegas para ahuyentar a los deportistas del monte a través. Lo clásico y más sencillo es dejar una serie de troncos a medio talar. Así, se consigue ‘taponar’ de manera natural los senderos y se impide el tránsito. Ya sea a bicicleta o a pie.

Incluso si la naturaleza sigue su curso y el tronco cae por su propio peso, el daño está hecho. Más aún si se dejan, en mitad del camino, tablones con clavos para, en el mejor de los casos, pinchar las ruedas de las bicis. Si hay caída del deportista, el daño puede ser mucho mayor. Porque con los árboles en el suelo se entorpece el rodar de las bicicletas, incluso la redirección de la ruta. Pero, con heridas graves, la única salida es parar. Un stop obligado. Volver hacia atrás.

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