No, las patatas no son recomendables en tu dieta: por qué debes reducir su consumo

Pese a que muchas personas consideran que se trata de un producto imprescindible, la realidad es que no aporta nutrientes de gran interés
Consejo imprescindible: así debes cocinar las patatas para engordar menos - PIXABAY
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Según informa José Andrés Gómez en EL ESPAÑOL, la patata es un alimento que da lustre a algunos de los platos más emblemáticos de la gastronomía patria: desde la tortilla de patatashasta los huevos rotos, pasando por guisos como el cocido o el estofado. Este tubérculo ha sido considerado tradicionalmente un "alimento básico" en nuestra dieta. De hecho, según el último Informe sobre Consumo Alimentario en España, elaborado por el Ministerio de Agricultura, cada español consumió en 2018 unos 28 kilogramos de patatas. Es decir, el españolito medio ingiere alrededor de medio kilo de patatas a la semana en sus distintas formas de preparación.

La cosa es que hace bastante tiempo que la patata dejó de ser un alimento "imprescindible" dentro de nuestra alimentación. Así lo asegura el dietista-nutricionista y divulgador Daniel Ursúa, autor del blog Nutrihabits. "Yo no consideraría la patata como un alimento básico, ya que no aporta nutrientes de gran interés ni tiene un efecto especialmente saciante", señala el especialista. "Puede ser interesante tomarlas como guarnición o ensalada, pero más como una cuestión gastronómica que nutricional". Aun así, hay mucha gente que sigue considerando la patata un alimento tan bueno como la verdura, y la toma sin ningún tipo de cortapisa. No debería ser así.

Si atendemos a la composición nutricional de este tubérculo, podemos ver que se trata de un producto especialmente rico en hidratos de carbono, que se encuentran en su mayor parte en forma de almidón. Tal y como señala Federación Española de la Nutrición (FEN), la patata también aporta una "pequeña proporción" de glucosa, fructosa y sacarosa, potasio y vitamina B6. Sin embargo, no es ni la única fuente de estos nutrientes ni la mejor. "Aporta minerales y algo de vitamina C, aunque ésta se pierde en gran parte debido al tratamiento de calor", añade Ursúa. 

El Plato Saludable de Harvard, la pauta que ha de guiar nuestros alimentación y que desterró a la clásica pirámide alimentaria, hace una mención especial sobre este alimento para aclarar que no se trata de una verdura y que, por tanto, no hay que consumirla como tal. En este visual esquema diseñado por investigadores de la prestigiosa universidad estadounidense se establece que la mitad de nuestras comidas debe estar compuesta por frutas y vegetales. Sin embargo, "las patatas no cuentan como un vegetal por su efecto negativo en el azúcar de la sangre", matizan. 

Los investigadores se refieren al efecto que provoca en nuestro organismo el almidón que contiene. El almidón es un tipo de carbohidrato de absorción rápida que el cuerpo digiere prácticamente de forma instantánea, provocando que el azúcar en sangre aumente y se produzca un pico de insulina. Es lo que se conoce como un alimento con alto índice glucémico. "Cuanto mayor es el índice glucémico de un alimento, menor saciedad aporta y mayor pico de insulina", apunta Ursúa. "Los picos frecuentes de insulina, unidos a otros factores, pueden provocar resistencia a ésta y degenerar en una diabetes tipo II", añade. 

Mejor cocidas que fritas

Dicho esto, si a pesar de todo queremos tomar este tubérculo, siempre será mejor comer patatas cocidas o al horno que fritas. "Debemos tener en cuenta que, por su estructura porosa, las patatas van a absorber muy fácilmente el líquido en el que estén inmersas. En el caso de que este líquido sea aceite, estaremos aumentando considerablemente la carga calórica del plato. Por lo tanto, las mejores opciones van a ser las que menos aceite impliquen", comenta Ursúa. 

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