¿Qué pasó con el piso de Vallecas en el que Pablo Iglesias se sentía “tan a gustito”?

"Una decepción más por parte de los políticos", dice una vecina del barrio, opinión común entre los habitantes de la Colonia Fontarrón

¿Qué pasó con el piso de Vallecas en el que Pablo Iglesias se sentía “tan a gustito”?
photo_camera ¿Qué pasó con el piso de Vallecas en el que Pablo Iglesias se sentía “tan a gustito”?

Según informa Sofía C. Rodríguez en EL ESPAÑOL, el madrileño barrio de Vallecas despierta silencioso. Las calles están inundadas por una calma rota por las voces de los habitantes más madrugadores que desayunan en el bar de Tino. Los clientes remueven sus cafés ajenos al debate del día: la votación sobre la moción de censura a Mariano Rajoy, de fondo en la televisión del local. Sólo uno de los vecinos ilustres de este distrito, aunque ahora lejos de él, le dedica toda su atención: Pablo Iglesias, líder de Podemos.

El político, orgulloso vallecano de toda la vida, ha cambiado el café de Tino por el del bar del Congreso de los Diputados. Pero esto no ha conseguido ser tan polémico como cuando el líder de Podemos adquirió junto a Irene Montero un chalet de lujo en Galapagar, abandonando aquel piso de barrio en el que se sentía “tan a gustito”, a pesar de que uno de cada tres inscritos en Podemos no apoyaba la decisión. Volvemos a Vallecas para descubrir qué ha sido de su antigua casa.

Frente al madrileño Parque del Tío Pío, que presume de tener las vistas más privilegiadas de la capital, se alza un conglomerado de viviendas de protección oficial. Es la Colonia Fontarrón. El último hogar de Pablo Iglesias en Vallecas.

"Los Turrión siguen pagando la vivienda"

El edificio es una construcción modesta: cuatro plantas de ladrillo visto, un ascensor antiguo y ropa tendida en los balcones. En el buzón aparecen todavía los nombres del líder de Podemos y de su madre, María Luisa Turrión. El piso, de unos 60 metros cuadrados y valorado en 83.000 euros, forma parte de la herencia que dejó la tía abuela del político, Rosalía Santa María Torremocha a su sobrina, según ha podido saber EL ESPAÑOL.

Torremocha se hizo con el inmueble en 1979, al ser derruida su anterior residencia frente al estadio del Rayo Vallecano. Pablo se lo enseñaba a Ana Rosa Quintana durante un reportaje en el que presumía de mantener los muebles de la primera propietaria de la vivienda. En él, el secretario general de Podemos mostraba varios pósters de cine colgados en las paredes, junto con un cartel reivindicativo con el lema No somos ilegales.

Esto sucedía en el año 2015, cuando Iglesias alertaba en declaraciones a la periodista acerca del “peligro de los políticos que viven en chalés”, alejados de la gente. El político se erigía como una figura opuesta a esta “casta política”, llegando a enseñar el interior de su frigorífico a cámara.

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