La oscura historia de las 1.500 niñas modelo que se convirtieron en mitos eróticos

Se cumplen 15 años del cierre de LS-Studio, la mayor red de producción de material pedófilo de la historia. Nadie fue condenado. Ahora las niñas son mayores de edad

La oscura historia de las 1.500 niñas modelo que se convirtieron en mitos eróticos - EL ESPAÑOL
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Un reportaje de David López Frías publicado en EL ESPAÑOL

Es una fría tarde de febrero en una cafetería de Kiev. Recibimos un mensaje de texto de Olga L., una ucraniana de 27 años. No va a acudir a la cita. Finalmente declina la propuesta de EL ESPAÑOL de participar en un reportaje sobre su pasado como modelo. La misma respuesta obtenemos de Jana C., otra joven de Kiev de 28 años que trabajó para el mismo polémico estudio. Amablemente rechaza hablar y ruega: “No os volváis a poner en contacto conmigo por este tema, por favor. Nunca más”, escribe antes de bloquearnos para asegurarse.

Hace unos años, esas chicas se convirtieron en estrellas internacionales. Eran el objeto de deseo de miles de internautas de todo el mundo. Eran auténticas musas en los rincones más sórdidos de internet. Contaban con una legión de perversos seguidores y admiradores clandestinos de todo el planeta. Eran símbolos sexuales. Eran… niñas de entre 7 y 14 años que se desnudaban frente a una cámara.

El 28 de julio de 2004 cayó la mayor organización mundial de producción de pornografía infantil de la historia. Hubo 1.500 niñas involucradas en el caso. La policía ucraniana, con la colaboración del FBI, detuvo al principal responsable, Alexander Chursin, y cerró su millonario negocio: un turbio estudio de fotografía llamado LS-Studio.

El revuelo fue tan grande que la información sobre la operación la dio directamente el Ministerio de Interior ucraniano, por medio del jefe Vitaly Yarema. Agencias de noticias de todo el mundo se hicieron eco de la historia.Se preveía una condena ejemplarizante dada la magnitud del caso. Misteriosamente, ninguna de las 1.500 familias quiso denunciar. Ni siquiera colaborar con la investigación. Alexander Chursin salió libre al poco tiempo. El mayor escándalo de pornografía infantil de la historia quedaba sin castigo.

Paralelamente, todo aquel material grabado entre 2001 y 2004 se viralizaba sin control a través de foros clandestinos y comunidades pedófilas de internet. Cayó el negocio pero nació la oscura leyenda. La deep web se convertía en una especie de templo de LS-Studio. Miles de adoradores creaban mesas de discusión, vídeos tributo y páginas de homenaje a aquel estudio. Se traficaba con las fotos y los vídeos. Las niñas se convertían en celebridades de los lugares más oscuros de la red. Todavía lo son. La mayoría de ellas no lo saben. 

LS-Studio, la oscura leyenda

¿Qué fue exactamente LS-Studio? El proyecto de vida de Alexander Chursin, un fotógrafo veinteañero de Kiev con dos obsesiones: el modelaje femenino y las niñas preadolescentes. Allá por 1999 se armó con una cámara digital y empezó a convencer a niñas de su ciudad (de no más de 14 años) para hacerles sesiones de fotos. Ucrania es un país pobre donde el modelaje es una de las principales salidas profesionales femeninas. No le costó, por tanto, encontrar candidatas dispuestas a dejarse filmar a cambio de 300 grivnas (10 euros). Muchas veces contactaba a través de los padres de las crías. Se las llevaba a su casa y les ponía música en un viejo radiocassette. Las niñas hacían un striptease a su manera y él mismo las grababa.

Empezaba el nuevo siglo e internet era un invento nuevo donde acudía gente de todo el mundo a hacer fortuna. Chursin probó subiendo aquel material bajo el nombre Alex Models. Los resultados fueron mucho más rotundos de lo que esperaba. Enseguida empezó a recibir ofertas por aquel material, procedentes de internautas estadounidenses, canadienses y alemanes. 

En dos años había amasado un buen patrimonio. Pero Chursin quería más. En 2001 decidió dar el paso definitivo para que aquel turbio hobby se convirtiese en un millonario imperio: expandir el negocio. Puso un anuncio en la televisión pública ucraniana en el que Alex Models pedía niñas de entre 7 y 14 años para sesiones de modelaje. Pagaba 50 dólares la hora. Cientos de familias acudieron a la llamada, ignorando (o no) que sus hijas iban a ser filmadas desnudas.

“Las puso a jugar y se hizo rico”

Con todos esos mimbres y con una inyección de dinero que no se sabe de dónde salió, Chursin se puso a pensar en grande. Decidió darle un giro a su modelo de negocio y le cambió el nombre. Alex-Models pasó a ser LS-Studio. Empezó a producir una cantidad ingente de fotos y vídeos que luego subía a una web. Lo dividía en varios canales: 

LS-Land, donde las niñas solamente posaban.

Ls-Show, donde las ponían a bailar.

LS-Magazine, donde varias chicas jugaban juntas y hacían actividades cotidianas como dibujar o cocinar. 

En todos los casos, las crías se iban quitando la ropa hasta quedarse desnudas. “Ese tío puso a unas niñas a jugar, las grabó y se hizo rico”, resume John, un internauta norteamericano de los que ahora participa en foros tributo a aquel estudio.

Una mujer para tranquilizar a las niñas

Lo primero que hizo Chursin fue quitarse del medio. Dejó de hacer fotos. Para sacarle todo el jugo a la situación, puso en su lugar a una fotógrafa ucraniana de unos 25 años. La chica interactuaba con las crías, que se sentían mucho más seguras con ella que con un hombre. Ella era la que les mandaba cómo jugar o cómo quitarse la ropa. Ella fue clave en esta historia.

Cada dos semanas se publicaba una actualización con 3.000 nuevas fotos y una veintena de vídeos. Cada número era temático. Por ejemplo, en el set titulado Cowboys, disfrazaban a las niñas de vaquero. En otro llamado Merry Christmas, las chicas iban vestidas con motivos navideños.  

Los sets se grababan en un rudimentario estudio en Kiev o en un modesto apartamento que alquiló Chursin. A menudo rodaba en exteriores y se llevaban a las niñas a una isla próxima, donde nadie pudiese descubrirles. A esos sets los llamó LS-Island.

Auge y caída del estudio

El negocio subió como la espuma. Empezaron a llegar suscripciones de todo el mundo y dinero a espuertas. Chursin se compró un Porsche. La empresa amplió plantilla: contrató a maquilladores, decoradores, sastres, modistas, montadores de video… y algún fotógrafo varón que trabajó en la recta final de la vida del estudio y que ya forma parte de su leyenda negra. 

“LS-Studio era como un Playboy de niñas y también tenía una estructura de empresa, con un montón de trabajadores que rotaban a menudo”, cuenta un alemán que fue suscriptor hasta 2004. Es conocedor a fondo de la historia de LS. “No me considero un pedófilo. No lo soy. Un cuerpo desnudo no es sexo. Aquí no hubo sexo en ningún momento. Ni siquiera las tocaban. Las niñas jugaban y se divertían”, dice para justificar su afición a este material.  Está obviando que las niñas aparecían desnudas y en poses claramente sexuales.

Dos figuras en la sombra

Cuenta la leyenda que el éxito de LS-Models fue posible exclusivamente gracias a otros dos socios de Chursin que no fueron procesados y cuyas identidades permanecieron siempre en la sombra: un ruso que aportó el capital para la empresa y un norteamericano que habría sido el que consiguió la protección para el estudio; un supuesto personaje importante y con contactos en las más altas esferas, que evitaba que el estudio fuese siquiera investigado por la justicia. Cuenta la leyenda...

Algo sucedió a principios de 2004 que lo trastocó todo. Chursin empezó a ponerse nervioso y a reivindicar en los foros que lo que él no estaba cometiendo delitos, que él hacía arte. Aseguraba estar tranquilo porque decía estar cumpliendo todas las legislaciones internacionales, sabedor tal vez de que contaba con algún tipo de protección extraoficial. Pero aquella protección se le terminó acabando. 

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