Laureano, muere de un infarto con 51 años tras no ser atendido en un centro de salud

Laureano, muere de un infarto a sus 51 años tras no ser atendido en un centro de salud
photo_camera Laureano, muere de un infarto con 51 años tras no ser atendido en un centro de salud

Según recoge El CasoLaureano Muñoz tenía 51 años, el pasado 3 de julio moría de un ataque cardiaco 15 minutos después de que un servicio de salud se negara a atenderloen Madrid porque era residente de otro municipio y no le correspondía.

Laureano fue acompañado de un amigo al Centro de Salud de Fuencarral, en el barrio de Valverde; tenía dolor en el pecho y un hormigueo en los brazos. Allí le preguntaron qué centro le correspondía y él respondió que vivía en Pedrezuela, municipio situado a 40 kilómetros de Madrid. La sorpresa fue cuando le dijeron que fuera hacia allí.

Centro Salud FuencarralDos sanitaros del Centro de Salud de Fuencarral no quisieron atender a Laureano Muñoz porque le correspondía otro, el hombre moría 15 minutos después de un infarto / Google Maps

"¡Nos vamos de aquí!"

A pesar de repetirles que le dolía el pecho y que sentía un hormigueo en los brazos, síntomas claros de un infarto, los dos sanitarios de la entrada del Centro de Salud de Fuencarral, no lo dejaron pasar. Cansado de insistir, Laureano le dijo al amigo que lo acompañaba: "¡A tomar por culo! ¡Vámonos de aquí!".

Así lo explica Alfonso Cañada, el amigo que iba con él, en declaracions al periódico El Mundo. Decidieron ir hacia la empresa donde trabajaban, que estaba a sólo un kilómetro, y mientras tanto, desde el coche, llamaron al 112. "No sirvió de nada, cuando entramos en la oficina, Laureano se sentó y se desplomó. Nadie pudo reanimarlo", lamenta Alfonso.

Claros síntomas de un infarto

Aquel viernes 3 de julio, Laureano Muñoz volvía desde Loeches (Madrid) hacia la base de la la empresa donde trabajaba, Hormigones del Odón, ubicada en la calle Antonio Cabezón del barrio de Valverde. Durante el trayecto empezó a encontrarse mal, explica su viuda, Raquel.

Su amigo Alfonso explica que al llegar a la empresa, "me dijo que sentía un dolor en el pecho, hormigueo en los brazos, incluso le hacía daño por encima del codo, además, estaba un poco mareado y no veía bien". Alfonso, que está casado con una enfermera, le advirtió que podían ser los síntomas de un infarto.

Entonces, el amigo le dijo que lo acercaba al centro de salud en coche, el que tenían más próximo era el de Fuencarral. "Él era reticente, pero delante de la presión de dos compañeros más, accedió", explica

Sólo le cogieron la temperatura

En un par de minutos llegaron al centro de salud de la calle Isla de Java, a sólo un kilómetro de la empresa. "Llegamos, Laureano se puso la mascarilla, como yo no llevaba, al llegar a la puerta me dijeron que me quedara dos pasos atrás", explica con detalle Alfonso.

A pesar de estar un poco apartado, escuchó perfectamente la conversación de Laureano y los dos sanitarios de la puerta. "Primero, uno de los dos le tomó la temperatura, después le enseñó al otro compañero, estaba a 36 y medio", asegura su amigo y sigue: "Laureano les explicó que necesitaba ver a un médico, que tenía dolor en el pecho y en los brazos, entonces le preguntaron si a él le correspondía este centro de salud. Él respondió que vivía en Pedrezuela y los sanitarios le dijeron: 'Pues vaya allí'".

Cayó fulminato 15 minutos después

Pedrezuela es un pueblo situado en la llamada Sierra Norte de Madrid, a unos 40 kilómetros del centro de salud donde le denegaron el acceso a Laureano. Alfonso recuerda que "se enfadó y dio la vuelta para marcharse. Yo no insistí en que se quedara, y ahora me culpo por ello, pero los dos estábamos muy enfadados".

Y a partir de aquí, lo que ya se sabe, un cuarto de hora después de negarle la entrada en el centro de saludporque no le correspondía, Laureano caía fulminado por un infarto de miocardio que ya hacía horas que avisaba. De nada sirvieron las maniobras de reanimación que le practicó su amigo Alfonso y dos compañeros más. Finalmente, llegó el 112, "pero no pudieron hacer nada".

Raquel y Laureano / facebookLa viuda de Laureano Muñoz, Raquel, ha presentado denuncia delante de la Fiscalía por presunta omisión del deber de socorro / Facebook

Investigación y denuncia

La Comunidad de Madrid ha abierto una investigación interna para determinar por qué se le negó la asistencia. La familia de Laureano ya ha presentado denuncia delante de la Fiscalía por un delito de presunta omisión del deber de socorro, asesorada por el Defensor del Paciente.

Laureano Muñoz estaba casado y su mujer, Raquel, tiene un grado de minusvalía importante y casi no tiene ingresos.

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