Según recoge Informativos Telecinco, Emma Swain, una joven de 23 años a la que su médico de cabecera le dijo 15 veces que no necesitaba una prueba de frotis a pesar de tener síntomas de cáncer de cuello uterino, murió a causa de la enfermedad solo un año después, según recoge Daily Mail.
La joven rogó a los médicos de cabecera de The Haling Park Partnership, Croydon, Londres, que le hicieran una prueba de frotis después de experimentar síntomas, pero le dijeron en repetidas ocasiones que era demasiado joven para tener una y que estaba demasiado preocupada por el “efecto Jade Goody”.
El doctor indicó inicialmente que los síntomas eran provocados por la píldora anticonceptiva y dijo que lo que le sucedió a la estrella de reality Jade Godoy, que murió de cáncer de cuello uterino en 2009 a los 27 años, sería muy poco probable que le sucediera a ella. Sin embargo, menos de un año después, Emma falleció.
Desde entonces, su médico de cabecera admitió que si le hubieran hecho una prueba de frotis, probablemente todavía estaría viva. Emma fue diagnosticada con cáncer en diciembre de 2013 y murió a los 23 años en octubre siguiente.
La familia, tras el fatal desenlace, recibió una carta de disculpa por parte de los profesionales sanitarios. "Haber visto a uno de tus hijos pasar por eso y saber que podría haberse evitado es increíblemente difícil de aceptar. Confiábamos en estas personas, los profesionales, para saber lo que estaban haciendo. Nunca los perdonaré", señaló a medios locales el padre de Emma, Darren, de 51 años.
La joven buscó por primera vez una prueba de frotis de su médico en mayo de 2013 después de que comenzó a experimentar dolor de espalda y sangrado después del coito. Durante los siguientes cuatro meses, Emma se comunicó con su médico de cabecera otras 14 veces, pero le dijeron que era demasiado joven para hacerse la prueba y que simplemente debería cambiar su píldora anticonceptiva.
El padre de la joven ahora pide a todas las mujeres que no falten a sus citas para la detección del cáncer. El año pasado, una de cada cinco mujeres faltó a una prueba de frotis y se cancelaron alrededor de 600.000 citas durante el primer confinamiento en Reino Unido por la pandemia de coronavirus.
