El 'milagro' de los 10.000 pasos diarios contra el sedentarismo, ¿mito o realidad?

Los dispositivos móviles que miden la actividad física establecen por defecto 10.000 pasos como meta mínima contra el sedentarismo y sus riesgos cardiovasculares, pero las últimas investigaciones apuntan a los 15.000 y reiteran la importancia de la intensidad

El 'milagro' de los 10.000 pasos diarios contra el sedentarismo, ¿mito o realidad?
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Según informa Ainhoa Iriberri en EL ESPAÑOL, en 1949. el epidemiólogo escocés Jeremiah Norris (1910-2009) puso en marcha un estudio para analizar la presencia de enfermedades cardiovasculares en los trabajadores de la Empresa Municipal de Transporte de Londres. En la publicación de los diez primeros años de seguimiento en la revista Archives of Internal Medicine, se confirmó lo que los datos apuntaban desde el principio: que no todos los funcionarios enfermaban igual. El riesgo de infarto y otras enfermedades cardiovasculares era mucho mayor entre los conductores de los famosos vehículos de dos pisos que entre los revisores que se desplazaban para pedir los billetes a los viajeros. 

Fue una de las primeras demostraciones en literatura científica de algo que hoy se ha convertido en un dogma: que el sedentarismo es perjudicial para la salud, tanto sino más que la dieta poco saludable o el tabaco

Es un mensaje que ha calado en la sociedad, hasta el punto de que la mayoría de la gente está concienciada sobre el valor del ejercicio. Pero como ir al gimnasio no siempre se puede, la ciencia lleva años transmitiendo un mensaje de consolación: andar también vale. Existe, además, una cifra mágica, que han popularizado los dispositivos móviles que miden la actividad física -como la pulsera Fitbit o la mayoría de los smartphones- y que la establecen como valor de base, el parámetro mínimo para no considerarse sedentario

El origen de los 10.000 pasos

Pero, ¿de dónde sale esta cifra? La directora del Máster Universitario en Actividad Física y Salud de la Universidad Europea de Madrid, Lidia Brea, explica a EL ESPAÑOL que el culpable de que muchos estén pendientes de abrazar esos 10.000 pasos diarios es Yoshiro Hatano, un investigador japonés que en la década de 1960 decidió analizar el impacto de, precisamente, esta cifra de pasos. La razón: por esa época se había comercializado con éxito un podómetro llamado manpo-kei, cuya traducción literal es precisamente "metro de los 10.000 pasos". El artilugio se vendía sobre todo en los clubs de caminantes de Tokio. 

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