Salió del psiquiátrico y mantuvo la custodia de su hija a la que ha ahogado en la bañera

La madre confesó el crimen a un periodista través de Facebook. Hacía un par de semanas que había abandonado un centro clínico
Maria Àngels y su hija Gemma - EL ESPAÑOL
photo_camera Maria Àngels y su hija Gemma - EL ESPAÑOL

Según informa Jaime Susanna en El Español, Maria Àngels F. llevaba en torno a dos semanas fuera de un hospital psiquiátrico cuando decidió asesinar a su hija. Este lunes, cegada por el trastorno psicológico que sufría, suministró medicamentos diluidos a Gemma. Luego, la ahogó en la bañera. La niña tenía 10 años. Maria Àngels tiene 49 y una “depresión”, en sus propias palabras.

Tras cometer el crimen escribió por Facebook a Albert Soler, escritor y periodista del Diari de Girona. El primer mensaje, a las 14.18 horas de este lunes, decía: “Hola Albert. He matado a mi hija". El reportero, que estaba en su casa junto a su hija, pensó que era una broma pesada, pero siguió con la conversación:

—¿Con qué método [la has matado]?

—No es broma. Primero pastillas para dormir y después ahogada en la bañera. Dentro de un rato aviso a un vecino que es policía.

—¿Y por qué lo has hecho?

—No podía yo sola, sin su padre.

—¿Y por qué me lo cuentas a mí?

—No sé, adiós.

Albert, ya preocupado, no abandonó la conversación e intentó que la mujer le contara más y así avisar a la Policía. Pero no podía alertar sin dar un apellido o una dirección. “Cuanto más conversaba, más pensaba que era verdad. Estuve hablando con ella cerca de 40 minutos”, relata el periodista gerundense a EL ESPAÑOL.

La asesina confesa le preguntó el número de los Mossos y Albert le dijo que era el 112. En ese momento, Maria Àngels le dijo la dirección donde sucedió la tragedia: Ronda Ferran Puig, 28.

El reportero llamó a Emergencias y se dirigió al domicilio donde se había producido la tragedia. La calle, en la zona norte de Gerona, ya estaba cubierta de ambulancias y coches patrulla cuando Albert llegó. “Debimos llamar al 112 casi a la vez”.

Los servicios de emergencia entraron al piso y se encontraron a la niña tal y como confesó la madre, en la bañera. Intentaron reanimarla e incluso la trasladaron al Hospital Trueta, pero no pudieron hacer nada. El corazón de la pequeña había dejado de latir más de 40 minutos antes. 

La presunta asesina y su exmarido se habían divorciado hacía unos seis meses. El padre de la víctima había reclamado la custodia de la menor. Se encontraba inmerso en el proceso judicial. Dados los problemas de Maria Àngels, al menos un familiar intentaba pasar la mayor del tiempo acompañando a madre e hija. Sabían que no podían dejarlas solas, aunque no pensaban que la adulta podría actuar así. El progenitor de la niña incluso se había mudado a un piso cercano de su antigua residencia.

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