Durante sus años nómadas, Choco ha recorrido más de 22 países. En una entrevista concedida a Infobae, cuenta que en sus destinos pasa algunas temporadas trabajando de lo que sea para poder sobrevivir y costearse la estancia. Con un montón de experiencias a las espaldas como haber trabajado de trapecista en un circo o haberse topado con un enfrentamiento de las FARC, Choco llegó a Australia.
Allí, un compatriota que trabajaba cuidando a Stephens, le propuso que le ayudara en esta tarea. Se lo presentó y enseguida notó que se compaginaban perfectamente y fueron forjando una amistad más estrecha.
Al cuidar a una persona, la clave es la relación entre quien cuida y quien es cuidado
"A mí me encanta preguntar y escuchar, y a él le encanta hablar. Al cuidar a una persona, la clave es la relación entre quien cuida y quien es cuidado", "tengo mucha paciencia, me encantan los proyectos locos y soñadores, pero soy desordenado y desaliñado. Philip es extremadamente ordenado y exageradamente prolijo, y muchas veces chocamos por esos motivos. Coincidimos en que a los dos nos gusta viajar y explorar el mundo" explica Choco.
Stephens, que trabaja en un banco australiano, le comentó a Choco que su sueño era conocer Mchu Picchu pero no sabía como llegar hasta allí, enseguida su fiel amigo y cuidador se puso a organizar el viaje.
Planificó un viaje por Argentina, Perú, Costa Rica, Panamá, Cuba, México y Estados Unidos con estricta parada en Machu Picchu. Los acompañaba Marcos Peluffo el otro cuidador gracias a el cual se habían conocido. La primera etapa duró dos horas y media, subieron a Stephens de espaldas al camino y cuando llegaron al primer mirador le dieron la vuelta, "¡Wow, ¿realmente estamos acá?" dijo Stephens con la mirada iluminada.