Según recoge Informativos Telecinco, Crystal Gail Amerson desconocía que estaba embarazada de 37 semanas hasta que dio a luz al pequeño Oliver en Florida (Estados Unidos). La joven no había percibido ningún síntoma y una noche comenzó a sentirse indispuesta. Creyó que se trataba de una intoxicación alimentaria, cuando llegó la ambulancia a su casa se dio cuenta de que en realidad estaba de parto.
En el momento en el que se empezó a sentir indispuesta, "el dolor era insoportable. Pero a medida que pasaban los segundos, el dolor era más intenso y más frecuente", asegura Cystal.
Según recoge People, la joven asegura que fue algo aterrador. "Estaba segura de que me estaba muriendo, literalmente fue el viaje más aterrador y doloroso de mi vida".
A los pocos minutos de descubrir que estaba embarazada, Crystal dio a luz a Oliver James Westerfield, justo cuando su ambulancia se dirigía al hospital.
Echando la vista atrás a los últimos ocho meses, Amerson dice que es posible que haya experimentado algunas señales pero debido a su apretada agenda y al estar criando a su hijo pequeño de tan sólo 18 meses, no dio importancia a muchos de ellos.
Crystal asegura que sólo ganó unos 5 o 6 kilos en lo que ahora se sabe que fue su embarazo. No tenía nauseas ni tenía una barriga redonda. El único síntoma que asegura haber tenido es un dolor de espalda pero al que no prestó mucha atención al ser algo crónico.
