La Línea como Medellín: los 6 capos del hachís montan una cooperativa para abaratar costes

Más de 600 familias trabajan directamente para ellos. "Están envalentonados", dice un fiscal. Les falta un paso para ser un cártel introduciéndose en las instituciones

Un narcotraficante con 20 años de experiencia posa cerca de una playa de La Línea de la Concepción (Cádiz), con Gibraltar al fondo - EL ESPAÑOL/PEDRO MONTES
photo_camera Un narcotraficante con 20 años de experiencia posa cerca de una playa de La Línea de la Concepción (Cádiz), con Gibraltar al fondo - EL ESPAÑOL/PEDRO MONTES

Según informa Andros Lozano en EL ESPAÑOL, imagine una pequeña ciudad española al sur de la península ibérica con una extensión de 19 kilómetros cuadrados, 63.000 habitantes, un 33,5% de desempleo y un paraíso fiscal como vecino. Imagine que tiene una inmensa bahía a su alrededor y que las playas más al norte de Marruecos están a unas 18 millas de distancia. Un salto.

Imagine que por sus calles, gracias a la protección continua de medio centenar de jóvenes, se pasea un hombre en busca y captura al que las autoridades policiales consideran el mayor traficante de hachís de Europa. Y que ese hombre se llama Antonio Tejón. Le apodan el Castaña. Perseguido por la ley, el fugitivo se mueve en scooter y lleva casco para no ser reconocido. Antes de salir a la calle, sus chicos se coordinan mediante walkies para supervisar el recorrido y el lugar de destino de su jefe.

Imagine que su clan de narcos la emprende a tiros contra la Policía Nacional o contra las bandas de ladrones rivales, que cobra un impuesto a quienes quieren introducir hachís por sus playas, que mantiene económicamente a las mujeres e hijos de sus empleados presos o que, cuando uno de sus chicos, sobrino carnal de su mujer, cae detenido y los policías lo llevan al hospital porque está herido, otros subalternos suyos acuden a rescatarlo a la fuerza.

Imagine que desde hace un tiempo a esta parte, el Castaña se ha aliado con otros clanes de menor rango para trabajar a modo de cooperativa. Por la playa de Levante de La Línea operan los chicos de Antonio Tejón en colaboración con el Francés, los Cocos o los Merinos. Por la de Poniente, los Pantojael Tinte y la banda de Tony. Hay otros, pero menos activos. Colaboran para abaratar costes. Y se guardan respeto mutuo.

Imagine que algunos traficantes de esa ciudad llevan tatuados en su piel la persecución de una lancha de hachís por el helicóptero de la Policía Nacional. O que saben en todo momento dónde está cada efectivo de la Guardia Civil. O que unas 600 familias trabajan directamente para el gran narco, que tiene decenas de millones de euros escondidos en el subsuelo de la urbe. Imagine que su hermano pequeño y mano derecha, Isco, también prófugo, se cobija en el diminuto y vecino paraíso fiscal sin que nadie lo altere.

Imagine que los operarios de los tractores del ayuntamiento están amenazados de muerte: si colaboras a la hora de retirar una lancha, te pegamos un tiro en la cabeza. O imagine que un día cualquiera, debajo de una ducha con tuberías y desagüe, hay escondidos 6.000 kilos de resina de cannabis a los que sólo se puede acceder con un mando a distancia que acciona el mecanismo que eleva el suelo de dicha ducha hasta un metro de altura.

Imagine…

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