Juntos hasta en la muerte: ella se suicida con su marido, muy enfermo de cáncer

Su historia conmociona a media España
Juntos hasta en la muerte: ella se suicida con su marido, muy enfermo de cáncer - El Español
photo_camera Juntos hasta en la muerte: ella se suicida con su marido, muy enfermo de cáncer - El Español

Según informa Brais Cedeira en El Español, las primeras señales se advirtieron a finales de la semana pasada. Quizá era ya demasiado tarde para que nadie pudiera percatarse. Cada domingo, a las once de la mañana, Jaime y Dianne acudían religiosamente a misa en la iglesia del pueblo. Nunca se perdían una. Tampoco este último fin de semana. En la parroquia que solían frecuentar estaban ya vendiendo los dulces de Navidad de las monjas clarisas franciscanas de Montilla.

Una amiga del matrimonio les vio llegar, y Jaime se dirigió hacia ella para aferrarse a su cuerpo con un desesperado abrazo. Aquella mujer desveló más tarde a otra persona cómo se había emocionado profundamente ante aquel efusivo gesto. 

-"Mujer, qué exagerada eres", le dijo él.

-"¿Pero tú has visto el abrazo que me acaba de dar, que parece el último que me iba a dar en su vida?". 

Hubo más indicios. La semana no bien acababa de comenzar y Dianne se había salido del chat de whatsapp de la parroquia. Un hecho insólito, claro. Ahí es donde se organizan las actividades diarias y semanales de la congregación de Santiago El Mayor, del barrio de Miragenil, en la localidad de Puente Genil (Córdoba). Donde todos los vecinos se enteran de lo que va pasando en este pequeño núcleo rural al sur de la provincia. Y ellos, animados como eran, no faltaban ni a las excursiones para visitar los belenes elaborados por los habitantes de los pueblos de la zona.

Ambos, Dianne y su marido Jaime, los canadienses del pueblo, ambos inseparables hasta la muerte, eran asiduos a las actividades culturales y religiosas de este pequeño rincón limítrofe con la provincia de Sevilla. Y por eso extrañaron estos y otros indicios en dos personas que, siempre con un jovial comportamiento, regalaban a los demás el mismo amor que se profesaban entre ellos. 

Tampoco extrañó esta semana cuando empezaron a contar a algunos de sus más íntimos amigos que, sencillamente, se marchaban de viaje. Ellos, como sabían que viajaban con cierta frecuencia, no le dieron más importancia. "Les fueron diciendo eso a todos, que volvían a marcharse de nuevo", indican desde la parroquia. Y por eso nadie sospechó. 

Este viernes les hallaron muertos en el interior de su furgoneta gris, sentados en la parte delantera del vehículo. Habían aparcado delante de la casa del vecino. Las puertas estaban cerradas. Junto a ellos encontraron una estufa de gas. Dentro yacía también sin vida la vieja perrita fiel que les había acompañado durante tantos años. Uno de sus vecinos les había estado llamando toda la jornada al teléfono. Ninguno respondía, así que fue a buscarles a casa y se los encontró a los dos en el coche. Ninguno reaccionaba. El hombre avisó a la Policía Local y al servicio de Emergencias 112. Cuando llegaron certificaron su muerte. 

Junto a los cuerpos de ambos estaba la carta que lo explicaba todo. Solo unos pocos sabían en el pueblo que a Jaime acababan de diagnosticarle un cáncer de piel en fase terminal. No le daban mucho tiempo. No iba a llegar a Navidad. Y ambos, ya sobrepasando los setenta años, decidieron irse al mismo tiempo de este mundo. Dos amantes, dos enamorados que pasaron toda su vida el uno junto al otro. Y que decidieron partir también a la vez.

Sigue leyendo este artículo completo en El Español

Comentarios