Ja, ja, ja... 13 ejemplos de políticos españoles con sentido del humor

No destacan los políticos españoles por su sutileza y sentido del humor sino más bien por su teatral artificiosidad, pero siempre hay excepciones

Ja, ja, ja... 13 ejemplos de políticos españoles con sentido del humor - EFE
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Un artículo de Cristian Campos publicado en exclusiva en EL ESPAÑOL

1. "Si es demasiado perfecto, es probable que sea mentira"es una verdad periodística perfectamente aplicable a esas anécdotas políticas de cuya veracidad no ha quedado prueba documental alguna. Siempre queda la certeza, eso sí, de que si no fue el político el ingenioso sí lo fue, desde luego, el que se inventó la anécdota que se atribuye a ese político.

Es el caso de la historia atribuida a cierto diputado español republicano cuyos electores le reprocharon que no hablara jamás en el Parlamento. "Le hemos votado precisamente para que intervenga", le dijeron esos electores. "¿Cómo que no intervengo?", respondió él. "Miren lo que pone en el libro de sesiones: 'Rumores, gritos, pataleos, silbidos…'. Ahí estoy yo". 

Demasiado ingenioso para ser cierto. Pero dejemos la puerta abierta a la posibilidad de que ese diputado haya existido alguna vez en la realidad. Si es así, que lo nombren Santo Patrón de los Diputados. Se lo merece más que nadie.  

2. Que José Manuel García-Margallo no tenía la más mínima posibilidad en las primarias del PP frente a Soraya Sáenz de Santamaría, Pablo Casado y Dolores de Cospedal era una obviedad. Además, no hay asesor de comunicación sobre la faz del planeta capaz de disimular el desastre sin paliativos que supone haber recibido únicamente 680 votos de un total de poco más de 58.000. Pero el exministro de Asuntos Exteriores tuvo la salida más ingeniosa de la noche cuando apareció frente a los medios para reconocer su derrota y decir esto: "Quiero dar las gracias a los militantes que me han votado. Son tan pocos que podré hacerlo personalmente". 

3. La Biblia del anecdotario parlamentario español es el libro Las anécdotas del Parlamento. Se abre la sesión, de Luis Carandell. Es ahí donde aparecen la mayoría de anécdotas que corren a día de hoy por internet, incluida la más famosa de todas ellas, el famoso "no es lo mismo estar dormido que estar durmiendo" de Sagasta que luego remató Camilo José Cela con su mítico y mil veces repetido "no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo"

4. Es en ese libro de Carandell donde aparece una de mis anécdotas preferidas. Ocurrió durante una sesión del Parlamento de la República. El diputado democristiano Ángel Ossorio y Gallardo se quejaba amargamente de las enormes desgracias que azotaban a la patria española cuando pensó que sería buena idea rematar su discurso tremendista con un sentido "¿¿¿Y qué será de nuestros hijos???". Desde el fondo del Parlamento, una voz le contestó: "Al suyo le hemos hecho subsecretario"

5. La anécdota de Ossorio y Gallardo ha tenido su remake involuntariogracias a una de las nuevas y flamantes consejeras de RTVE española. Esa Cristina Fallarás que se quejaba amargamente durante una charla de la época en la que "no podía alimentar a sus hijos" pero que reconocía, apenas unos segundos después, que lo que más había echado de menos tras su desahucio y su "entrada en la pobreza radical" era su crema hidratante.

Sí, lo de Fallarás es humor involuntario. Pero humor al fin y al cabo.

6. Ángel Ossorio y Gallardo parece haber sido la principal influencia del discurso político de Podemos, una pesadilla barroca de tremendismos, desesperanzas y malos augurios que parece haber sido diseñada por un grupo de politólogos tras una indigestión por sobredosis de garbanzos negros: pobreza infantil, miseria obrera, exilio de los jóvenes, cultura de la violación, franquismo sociológico… 

No es el sentido del humor, en definitiva, la principal característica de la estrategia política de Podemos. Pero hasta un reloj parado acierta la hora dos veces al día, y Podemos acertó con ese vídeo promocional del programa Salvados en el que Iglesias y Errejón se reían de su omnipresencia en los programas de La Sexta.  

7. Mariano Rajoy ha dejado muchas dudas tras su marcha. La principal de ellas, la motivación última de su desprecio por la iniciativa política, que es lo mismo que decir por la política. Nadie duda, sin embargo, que Mariano Rajoy era un excelente orador con un fino sentido de la ironía. Esto es, cuando andaba despierto.

De sus muchas salidas ingeniosas me quedo con la que le atizó en el Congreso de los Diputados a Pedro Sánchez, en agosto de 2016, cuando este andaba instalado en aquel machacón "no es no" que tanto daño hizo al PSOE: "No abuse, señor Sánchez. Me ha dicho que no y es suficiente. No hace falta que me lo argumente. He entendido todas las partes del no". 

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