El infierno de la presentadora Lara Siscar: “Mi acosador me persigue desde hace 7 años, quiere amargarme la vida”

Esta periodista de RTVE sólo confía en una solución: encontrar al agresor, que se esconde en el anonimato brindado por las redes sociales. "Ojalá se me pusiese delante, temo no saber jamás quién es". La amenaza a ella, a su pareja y a su familia. Incluso suplanta su identidad

El infierno de la presentadora Lara Siscar: “Mi acosador me persigue desde hace 7 años, quiere amargarme la vida”
photo_camera El infierno de la presentadora Lara Siscar: “Mi acosador me persigue desde hace 7 años, quiere amargarme la vida”

Según informa Daniel Ramírez en EL ESPAÑOL, Lara Siscar madruga. Luego estira el día. Mujer al borde de la noticia. De ella, con la última década en el retrovisor, se puede decir aquello de “la que siempre estuvo allí”. Aunque tiene horario, esta presentadora de TVE se aparece como un cuadro más en la habitación de quien la sintoniza. Detrás de este rostro de la última hora, del folio y los bolígrafos que escriben telediarios, se esconde un infierno de siete años. El acoso miserable de alguien que se sumerge anónimo en el pozo de las redes sociales para intentar arruinarle la vida.

Siete años, más de 2.500 días, alrededor de 60.000 horas. Muchos mensajes, amenazas a su madre, a su padre, a su pareja… A velocidad de metralla, para robarle el sosiego. Coloca las fotos de sus seres queridos en Twitter, también de los menores, y los intimida gastando un frecuente “hijos de puta”. En 2014, tras dos años de calvario, Siscar puso una denuncia. Un detenido dijo haberse sumado al estratega del acoso, que no llegó a ser identificado. Este viernes, cuatro años después, ha tenido que presentar otra denuncia. El agresor ha suplantado su identidad y trata de arruinar el estreno de su nuevo programa, Asuntos públicos, que se emitirá a partir de este lunes a las 12h en el canal 24horas.

Se muere la semana y esta mañana es la última antes del primer directo. Lara no ha podido ir al trabajo. Han sido varias horas en la Unidad de Delitos Telemáticos. A la vuelta, antes de comer, se ha reunido con sus colegas, con su editor… La última estrategia de su acosador ha sido definirse en Twitter como Lara Siscar e inventar conversaciones en las que la presentadora pone a parir sus compañeros. Después las remite a las caras más insignes de la cadena.

Lara habla en singular. Lo llama “mi acosador”. Aunque puedan colaborar terceros, como quedó probado con la detención, sabe que hay alguien que capitanea los ataques: “Ojalá se me pusiese delante. Después de tanto tiempo… Temo no saber jamás quién es”.

-¿Por qué cree que ahora ataca con más virulencia?

-Sabe que estreno programa, intuye que puede haber más ilusión en mi vida y pretende destrozarme. Es tan insistente… Cada día hago acopio de fuerzas para que no lo consiga. Es un trabajo de resistencia. Amenaza con estrenar, también el 8 de enero, una nueva temporada de insulto y acoso. Ahora, lo practica de manera mucho más cruel, más compleja.

El acosador incluso ha creado una cuenta falsa del nuevo programa de Lara, Asuntos públicos. Ha acompañado este movimiento con el desvelo de una conversación privada que, por supuesto, nunca tuvo lugar. En ella, la presentadora fustiga a sus compañeros de trabajo.

El papel que juega Twitter

Twitter, como empresa, es uno de los actores colaterales de este dramatis personae. Como es lógico, Lara puso en su conocimiento el acoso sufrido en busca del borrado de las cuentas agresoras y de su identificación ante la Policía.

-¿Cuál fue la respuesta?

-Cierran las cuentas, pero eso no sirve. Abren otras nuevas a un ritmo mayor de las clausuras que yo puedo lograr. La única solución es localizar al acosador y eso sólo es posible con la información técnica que está detrás de cada perfil.

-¿Y qué ocurre con esos datos?

-Cuando se ponen en contacto conmigo, se muestran muy colaboradores, pero no facilitan esos datos. Se rigen según sus propias normas de seguridad. No es que los pida yo, ¡en 2014 había un requerimiento judicial! Pero nada, imagínate ahora…

Lara Siscar habla de acoso con los papeles en la mano, “porque así lo dijo un juez”. Su crítica, razonada, no pasa por exigir a Twitter que revele datos a diestro y siniestro, pero sí en estos casos: “La gente tiene derecho al seudónimo, vale, pero si se comete un delito, la identificación debería ser inmediata, y no lo es”.

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