Ignacio, el guardia civil 'expulsado' por decente: "Denuncié negocios sucios de compañeros"

- El calvario empezó en 2008 al señalar la relación del teniente del Seprona en Málaga con un empresario.

- En Málaga hay más de 60 guardias civiles imputados por corrupción. 

Ignacio, el guardia civil 'expulsado' por decente: "Denuncié negocios sucios de compañeros" - FERNANDO RUSO / EL ESPAÑOL
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Un reportaje de Pepe Barahona y Fernando Ruso publicado en EL ESPAÑOL

—Si pudiese dar marcha atrás en el tiempo, ¿volvería a actuar como lo ha hecho?  

—Por supuesto.

Ignacio Carrasco (56 años) se le pone el semblante serio cuando saca del armario el traje verde de la Guardia Civil. La camisa tiene el filo del cuello gastado por el uso, aunque hace ya varios años que la prenda lleva enfundada y colgada sin uso en el ropero. Ingresó en el cuerpo en 1993, pidió ir voluntario al País Vasco para saldar asesinatos familiares pendientes con ETA, y lo apartaron de la Institución 30 años después, en 2013 por —según defiende con ahínco— denunciar múltiples casos de corrupción en la Comandancia de Málaga. “Que quintuplica a otras en número de imputados”, zanja el agente retirado.

“Yo me negué a participar en negocios sucios”, expone rotundo a EL ESPAÑOL en los primeros compases de una conversación que sucede en su casa, situada en Málaga a un paseo no muy largo hasta la Comandancia, donde tiene prohibida la entrada desde el 19 de marzo de 2015. 

“A fecha de hoy desconozco los motivos que me impiden entrar en el edificio y se los he pedido por escrito al coronel que me lo prohibió”, explica. “Sospecho que pudiera ser porque, un mes antes, Asuntos Internos detuvo a miembros del SEPRONA a instancia de mi reiterada insistencia o puede que fuera porque ese mismo mes denunciamos que este coronel se había realizado mejoras ‘reiteradas’ en su pabellón con dinero público”, descerraja el guardia retirado, que ostenta el cargo de secretario general provincial de la delegación en Málaga de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUCG).

El ser un proscrito para la Comandancia de Málaga tiene su origen con la llegada del teniente Alonso Gómez, al que nombran jefe del SEPRONA en Málaga. Era el año 2008. Según denunció en su día Carrasco a Asuntos Internos, las buenas relaciones establecidas entre este oficial y un empresario dedicado a la gestión de gases de refrigeración llegó hasta tal punto que un mismo agente de la Guardia Civil de la unidad dirigida por Gómez actuaba por las tardes de comercial de la empresa de instalaciones frigoríficas y, por las mañanas y vestido de uniforme, se personaba en aquellas con las que no llegaba a acuerdos para darles un plazo o ser sancionados. “Eso sí, siempre sugiriendo o entregando tarjetas de la empresa del amigo del teniente”, detalla Carrasco.

“Me negué en rotundo a entrar en ese juego de sinvergüenzas”

“Cuando me di cuenta de todo esto, me negué en rotundo a entrar en ese juego de sinvergüenzas e informé a Asuntos Internos mediante un detallado informe”, explica Carrasco. “¡Esta entrevista se queda corta para tantas irregularidades, eh!”, advierte el agente retirado, que pone un rápido ejemplo de la forma de actuar de sus mandos. 

“Efectuaban inspecciones a empresas con el propósito de colocar a algún familiar, eso era algo de lo más común; yo, cuando me percataba de aquello, dejaba la inspección a medias y sin mediar explicación me iba”, denuncia. “Así ocurrió en un Mercadona de la barriada Ciudad Jardín de Málaga cuando un cabo del SEPRONA intentó meter a su esposa”, denuncia.

—¿Alguna vez le pidieron que se presentara en alguna empresa a imponer un expediente sancionador? 

—Sí, muchas veces, pero siempre actué correctamente, conforme a lo preceptuado, negándome a cualquier otra actuación que no fuera la que marcaba la ley.

Según su testimonio, los miembros del SEPRONA sancionaban a aquellas empresas —talleres, desguaces y otras relacionadas en las que tuviesen como residuos los gases de refrigeración— siguiendo un certificado confeccionado con la empresa Emma, vinculada al amigo del teniente. En ella se exigía a los empresarios mucho más de lo que pedía la normativa, “por lo que no había base legal para proceder a la denuncia”. “Y el teniente insistía reiteradamente en que se denunciara, a lo que me negué”, recuerda Carrasco. 

La respuesta del mando no tardó en llegar. “Como medida de presión, se me impide salir de servicio con el resto de mi unidad, llegando en alguna ocasión a enviarme a patrullar con miembros de otras unidades o permanecer en la oficina realizando un cometido con medios inadecuados y sin sentido”, detalla el ahora secretario general provincial de AUGC en Málaga.

“Una percepción paranoica” e irrecuperable para el servicio

Aunque los hechos llegaron más allá. Los mandos, para argumentar ese cambio en el estatus del guardia civil denunciante, se basan en un informe del capitán psicólogo. En él decía “que fabulaba sobre los hechos que denunciaba en el seno del SEPRONA y que las mismas eran una percepción paranoica, que me llevó a denunciarlos a Asuntos Internos y que, al no obtener los resultados deseados, la ansiedad dio lugar a un estado depresivo profundo, irrecuperable para el servicio”, relata Carrasco.

A Ignacio le gusta pintar. En la planta baja de su casa tiene un amplio y diáfano estudio del que cuelgan cuadros de las paredes. La luz natural baña el ambiente, confiriendo al espacio una sensación de serenidad. Allí, pinceles en mano, va fraguando bodegones, retratos y una prolija colección artística. Junto a él trabaja su esposa, una ceramista que realiza desde joyas —bien valoradas por los turistas— con motivos andaluces a grandes piezas en las que se reivindica la extinguida tradición ceramista de Málaga, alfar de Granada durante la construcción de la Alhambra

Desde allí también ha estado siguiendo, y siendo parte como secretario general provincial de AUGC en Málaga, los efectos derivados de su denuncia a varios compañeros del SEPRONA. Y se alegró cuando en 2015 Asuntos Internos procedió a la detención del entonces jefe del SEPRONA, así como la imputación de delitos a varios miembros de esta Unidad, “demostrando con esta actuación que todo lo que denuncié no se correspondía con una percepción paranoica ni fabulación, sino que eran hechos ciertos, que fueron encubiertos por quienes tenían la obligación de actuar y no lo hicieron”, apostilla. “Desgraciadamente estos presuntos delitos ya habían prescritos cuando se decidió actuar”, lamenta. 

Ocho presuntos delitos prescritos y capitán en La Línea

Cuando Asuntos Internos actuó, el teniente Alonso Gómez ya no dirigía el SEPRONA de Málaga. En 2013, la Guardia Civil ya le había buscado un nuevo destino para el ascendido a capitán y mandar la compañía en La Línea de la Concepción. “Pensé que esa zona se iría al garete en poco tiempo como así ha ocurrido desgraciadamente”, se resigna. “Le imputaron un total de ocho delitos, según la Fiscalía, todos prescritos —insiste Carrasco—; y lo mandan a La Línea, casi nada”. 

“Creo que una persona a la que le han prescrito más de media docena de presuntos delitos, según Asuntos Internos, no es la más adecuada para mandar una unidad como La Línea de la Concepción con todo lo que conlleva”, valora el secretario provincial de la AUGC. Solo en 2017, se aprehendieron 145.372 kilos de hachís frente a los 100.423 de 2016, lo que supone un incremento cercano al 45 por ciento. El pasado año se cerró con 755 detenidos en una localidad en la que una treintena de bandas se reparten el negocio del hachís marroquí. 

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