El hombre que desnudó para Interviú a Marisol, Bárbara Rey y otras musas: los secretos de César Lucas

El día que tenía en su objetivo a Bárbara Rey, rogaba para que Franco no muriera en ese momento y le estropeara la exclusiva. Historia viva del fotoperiodismo, habla para EL ESPAÑOL en la semana de la desaparición de Interviú

El hombre que desnudó para Interviú a Marisol, Bárbara Rey y otras musas: los secretos de César Lucas
photo_camera El hombre que desnudó para Interviú a Marisol, Bárbara Rey y otras musas: los secretos de César Lucas

Según informa Daniel Ramírez en EL ESPAÑOL, cuando César Lucas (Cantiveros, Ávila, 1941) y John Lennon surcaban las carreteras de Almería en otoño de 1966, la gente se santiguaba. Aquel Rolls negro tan alargado “sólo podía ser de muertos”.

Lucas es el fotógrafo que enseñó a un Beatle a jugar al mus, el periodista que sonreía a Brigitte Bardot en busca de su mejor rostro, los ojos tras la cortina en el palacio de La Moncloa, el perseguidor del Che Guevara en su ronda furtiva por Madrid, el tipo que le quitó el camisón a España y la puso en tanga, el flash que hizo de la Transición un orgasmo con las portadas de Interviú. También un hombre de pantalones oscuros y camisa roja que saluda a las puertas de su casa recién conocida la muerte de la revista.

Con casi ochenta años en la mochila de lo vivido y más de sesenta cámara en mano, se confiesa dispuesto a colgarse del recuerdo y a lanzarse, de liana en liana, de legislatura en legislatura, siempre cerca del poder, del mejor desnudo. Lo hace sentado frente al ordenador, en el diván de esta casa blanca llena de libros, arrojando una portada para poner pecho, cara y trasero a cada época.

Las fotos de César Lucas son las curvas de Marisol al descubierto, el ombligo de Bárbara Rey para todos antes de que se arrimara a él Juan Carlos I, los pezones sin censura de Marta Sánchez justo después de que su concierto en Abu Dabi revolucionara al ejército español. Todo eso y los secretos que lo forjaron en la revista del grupo Zeta.

El camisón de Bárbara Rey y la muerte de Franco

Esta es la foto de Rey que Lucas hizo subido a una escalera con Franco a punto de morir.

Se acercaba 1975. Lucas había dejado el diario Pueblo por un malentendido con el director y se encontraba al frente de su propia agencia: Cosmo Press. “Franco se iba a morir en cualquier momento. Llevaba siempre en el maletero un pantalón y una americana oscura por si tenía que presentarme en el velatorio”. Uno de aquellos días se colgó de una escalera sobre la cama de Bárbara Rey: “Ella estaba con el camisón, yo con la cámara… Llevaba un busca en el bolsillo y recuerdo que pensaba: ‘Que no me llamen ahora, por favor, que no me llamen’. ¡Y no me llamaron!”. Lucas disparó: ahí quedó aquella mujer de pelo rubio, cortito, con medias de lija, la tripa al aire y un trozo de tela transparente a la altura del pecho.

Franco murió, pero el desnudo todavía se imaginaba a una distancia sideral. Fotos como la de Lucas hicieron de Bárbara Rey la chica soñada. Adolfo Suárez se la presentó al monarca, que quedó prendado de ella y de su dormitorio hasta que vinieron mal dadas. La vedette, que sería chica UCD en campaña, grabó varios encuentros íntimos y se dijo que chantajeó a Zarzuela durante décadas.

La portada de Marisol: “¡César Lucas está loco!”

Portada de Interviú realizada con la fotografía de Lucas.

El nacimiento de El País se fraguó en Londres: “Habíamos ido a hacer un reportaje con Fraga para la revista Gentleman”. El ministro franquista, reciclado en fundador de Alianza Popular, aparecía cual Churchill tras pasar por el objetivo de Lucas: grueso, embutido en un sombrero negro con gabardina a juego. Poco más tarde, en un piso a orillas de la calle Goya, se fue dibujando la actual cabecera del grupo Prisa. César Lucas fue nombrado editor gráfico del periódico. Era 1976. Sólo duraría allí dos años.

Desde hacía mucho tiempo, Lucas era íntimo de Marisol, de su primer marido, Carlos Goyanes, de la familia Flores… “Un día estábamos en una finca, muy tranquilos, haciendo fotos para un reportaje. De repente, nos acordamos de que necesitaban unos desnudos para no sé qué productora. Lo hicimos. A pesar de todo lo que la conocía, recuerdo que me temblaron las piernas”. Esto ocurría todavía en dictadura. Más tarde, temblaría España con aquellas imágenes.

“Me llamó Antonio Asensio, líder de la recién nacida Interviú. Me dijo: ‘Oye, tú tienes unas fotografías de Marisol desnuda, ¿verdad?’. Cuando las vio, insistió: ‘Esto lo publico yo sí o sí. ¿Hay alguna de busto para la portada?’ Pensé que estaba loco, que le iban a meter un paquete… ¡Unas tetas en una revista en 1976! Fue muy valiente”.

-¿Qué dijo de todo esto Marisol?

-No lo sabía. Años antes, ella y yo habíamos acabado mal… Al enterarse reaccionó muy bien porque, con la publicación, hubo un tsunami muy positivo, que a ella le sentó bien.

-¿Le denunció?

-No, no. Me denunció la Fiscalía. Tuve suerte porque el juicio se demoró hasta 1980. La democracia había avanzado mucho… No se me condenó, incluso se mencionó en la sentencia “la calidad artística de las fotografías”.

-¿Se arregló con Marisol?

-Sí. Además, te cuento algo que nunca olvidaré. Cuando se supo lo del juicio, nos encontramos en una cena del Partido Comunista. Marisol me dijo: “César, me he enterado. Si puedo hacer algo para ayudarte, dímelo, por favor”. Fue un detalle precioso. Hemos vivido tanto juntos... La quiero mucho.

El desencuentro entre Lucas y Marisol llegó con la primera hija de la actriz. Pepa Flores le dijo al fotógrafo que le avisaría del día del parto, que tendría lugar en el extranjero, lejos del huracán mediático. La llamada llegó cuando Lucas estaba de gira en México con Julio Iglesias. Hizo las maletas y corrió a Mar del Plata, Argentina.

Allí estuvo con los Flores hasta que Antonio Gades, su marido entonces, le dijo: “No queremos que hagas fotos”. Lucas ya había vendido la exclusiva a una revista, así que alquiló una furgoneta y se tiró varios días a las puertas de la clínica hasta que consiguió su objetivo. Marisol y Gades se sintieron traicionados.

Lucas, baúl de secretos, reconoce la existencia de los desnudos nunca publicados de Marisol: “Fue una sesión distinta a la que luego salió en Interviú, los hicimos en la playa, en Río de Janeiro”. Fueron diapositivas marca Kodak, sólo revelables en el laboratorio de la marca. “Pasaban los días y no me llegaba el material… Al final, la casa me envió una carta y amenazaron con destruir las diapositivas la próxima vez. Estábamos con Franco y había una censura fortísima”.

-¿Qué pasó con aquellas fotos? ¿Quién las tiene?

-Si te soy sincero, no lo sé. De las que salieron en Interviú guardé copias, pero esas se las di a Marisol y a su marido. Lo más probable es que se perdieran en el divorcio…

-¿Cree que se publicarán más pronto que tarde?

-No… Si alguien las tuviera, ya habrían salido. De verdad, creo que se extraviaron.

Con la portada de Marisol, Interviú vendió cerca de un millón de ejemplares. Una revolución que dejó sentado un precedente, el del desnudo en primer plano, que sobreviviría hasta 2018. Tras aquel éxito, el grupo Zetaconvenció a Lucas en 1978 y lo fichó como director de fotografía.

-¿Qué dijo Cebrián?

-Llegó a mis oídos algo así como: “¡¡¡César Lucas está loco!!! Deja El País para irse a una revista pornográfica que va a durar tres meses”. Se equivocó, ¿no?

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