Lo que cuenta la madre es mucho más siniestro: sostiene que su hija adoptiva, Natalia Grace, es una mujer adulta y que se hace pasar por una niña para intentar matarles. Les vigilaba por la noche, les echaba lejía en el café e inlcuso, según la versión de la madre, la empujó contra una valla electrificada.
Cambiaron su ficha de los 11 a los 22 años
Pero en realidad la historia trata de un montón de informes médicos confusos de distintos años que tratan de determinar la edad de la joven. Se desconoce cómo los Barnett lograron cambiar finalmente su ficha de los 11 a los 22 años pero está demostrado que sometieron a diversos exámenes a la niña para conocer su edad.
Uno de estos exámenes, en 2010, estimó que tenía 8 años y otro, en 2011, determina que tendría unos once, según ha podido comprobar el periódico El Confidencial. Un tercer informe señalaría que la niña era una mujer adulta, pero el centro que emitió este último no ha querido confirmarlo.
Por otro lado, frente a la versión que la madre ha relatado al Daily Mail, el padre —hoy divorciado— admitió a la Policía que la joven Natalia era menor cuando cambiaron su edad en los registros y que la dejaron sola en un piso alquilado para ella en Indiana mientras ellos viajaban con su otro hijo a Canadá. Además, reconoció que su exmujer le dijo a la niña que dijese que tenía 22 años pero que parecía más joven.
Su otro hijo: un genio de la Física
El otro hijo de los Barnett, diagnosticado de autismo, ya era conocido en Indiana por los medios como “niño prodigio” o “Einstein adolescente”. Fue cuando un instituto canadiense se interesó por el chaval cuando los padres decidieron cruzar la frontera sin su otra hija. Kristinne Barnett escribió en 2013 un libro sobre cómo educar a un hijo con autismo, y el pequeño Jacob tuvo su espacio en los medios locales de Indiana.