Las heridas en carne viva de otra anciana víctima de la residencia del terror

María del Carmen se ha quejado reiteradas veces de la situación que padece su tía en el centro, de capital privado pero con concierto con la Junta de Andalucía. Una plaza cuesta 1.375 euros al mes a cada usuario. "Las heridas se repiten constantemente. Aparecieron a las pocas semanas de ingresar aquí. No entiendo qué sucede"

Las heridas en carne viva de otra anciana víctima de la residencia del terror - EL ESPAÑOL
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Según informa Andros Lozano en EL ESPAÑOL, la jerezana María del Carmen Vaca dice que el vaso de su paciencia ha rebosado. La mujer asegura que ya no aguanta más, que ha de “denunciar públicamente el calvario” que está sufriendo su tía, la mujer que la crió cuando murió su madre.

La tía de María del Carmen, de la que omitimos su identidad por petición expresa de su sobrina, tiene 87 años. Nunca tuvo descendencia, y los tres hermanos que siguen vivos -de nueve que eran- también son octogenarios. Para María del Carmen es como su madre. “Mi madre biológica murió a los 47 años, cuando yo era una niña. Mi tía me crió y le debo mucho”, cuenta la señora.

El próximo mes de mayo hará dos años que la tía de María del Carmen ingresó en la residencia Suite La Marquesa, en Jerez de la Frontera (Cádiz). “Vengo a verla cada día, no puedo soportar ni un segundo más que siga sufriendo así”.

Al poco de instalarse en este centro geriátrico, de capital privado aunque con un concierto con la Junta de Andalucía, la anciana empezó a sufrir heridas en sus piernas, que las tiene inmóviles por una caída en la que se rompió la pelvis. La rehabilitación por aquel accidente doméstico la dejó postrada en la cama durante varios meses, por lo que la anciana perdió la mayor parte de la masa muscular y nunca volvió a andar. Sin hijos que se hicieran cargo de ella, la mujer pidió plaza en La Marquesa. Y se la concedieron.

“Las heridas se repiten constantemente. Aparecieron a las pocas semanas de ingresar aquí. No entiendo qué sucede. Desde la dirección del centro nunca me han dado una explicación. Yo soy la única vía que tiene mi tía para poder quejarse. Pero también pienso en quien no tiene familia y está aquí. ¿Esa gente tiene que aguantar cualquier barbaridad como la que yo he recogido en estas fotos?”.

La mujer muestra las imágenes que ha tomado de las piernas de su tía. Son recientes. Una de las heridas se la provocaron la semana pasada. La sufrió sobre otra que estaba sanando y que se la hicieron el 6 de enero.

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