El Gordo, el gallo de pelea del corral: 200 geos le buscaban y hallaron un ave muerta

La macrooperación policial en el rancho de Antonio Santiago, "El Gordo", por peleas ilegales de gallos, no se saldó con el resultado esperado

El Gordo, el gallo de pelea del corral: 200 geos le buscaban y hallaron un ave muerta - EL ESPAÑOL
photo_camera El Gordo, el gallo de pelea del corral: 200 geos le buscaban y hallaron un ave muerta - EL ESPAÑOL

Un reportaje de David López Frías publicado en EL ESPAÑOL

El asalto al Rancho del Gordo (un criador de gallos murciano) ha sido una de las operaciones policiales más numerosas y efectistas de los últimos tiempos en España. Mandaron llamar desde Barcelona y Valencia a los GEO (Grupo de Operaciones Especiales) y los GOE (Grupos Operativos Especiales, un cuerpo de élite similar). También vino el Grupo de Medio Ambiente, la sección de juegos de azar de la Policía Judicial y un montón de agentes de la Jefatura Superior de Policía. Un ejército de casi 200 personas, con pasamontañas y subfusiles de asalto. Esperaban encontrar en el rancho una especie de holocausto animal. Ahora ya conocemos el resultado de la operación: al Gordo le encontraron un gallo muerto y unas plantas de marihuana.

El caso todavía colea en Sangonera la Verde, una pedanía murciana. Una operación policial por un presunto delito por maltrato animal. La entrada al criadero de gallos más famoso de la provincia ha sido una de las noticias de la semana. Se han hecho eco los principales medios del país. Especialmente por el brutal despliegue policial. Dos centenares de efectivos entrando en la finca por las bravas. Las imágenes de más de 182 personas retenidas en el suelo por los agentes han trascendido nuestras fronteras.

Ahora, visto el resultado, la abogada del Gordo (el dueño del recinto) apunta: “Hubiera sido suficiente con que viniese una pareja de agentes a decirle a mi cliente que les acompañase a declarar, y al resto de gente que se fuese cada uno a su casa, que allí no había nada más que ver”, concluye con un punto de indignación. Pero… ¿Qué pasó exactamente el domingo en el Rancho de los Canasteros?.

Gallos runners y Camarón de la Isla

Antonio Santiago ‘El Gordo’, un murciano de 40 años, lava un gallo en su finca. “Este se llama Carruseles y es precioso”, explica mientras le enjabona los muslos al animal, que se relaja y se deja hacer. Tiene Antonio cerca de 300 gallos y dice conocerlos a todos por su nombre. La finca parece un mausoleo de Camarón de la Isla. Hay fotos del cantaor en todas las paredes.  De hecho, Camarón es el logo de su criadero de gallos combatientes. El Gordo los cría desde hace 20 años, como lo hicieron antes su padre y su abuelo.

Despliegue policial durante la operación en el Rancho de los Canasteros

“Te juro que están mejor cuidados que yo”, asevera El Gordo. “Los lavo cada día, les limpio sus jaulas, tienen calefacción, los revisa un veterinario cada semana, les cocino huevos duros y se los mezclo con naranja. ¡Si hasta los pongo a correr en la cinta!” exclama. Y es verdad. Tiene una cinta como la de los gimnasios pero a escala, para que los gallos se ejerciten.

El Gordo ya está en libertad, pero reconoce que todavía no se le ha pasado el susto del domingo, por lo desproporcionado de la actuación policial. “Entraron 200 policías armados con fusiles y pusieron a todo el mundo al suelo, como si fuese una operación contra el yihadismo o algo así. Y sostiene mi cliente que a las mujeres las desnudaron delante de todo el mundo para ver si escondían algo. Incluso a la hija de Antonio, que tiene 15 años”, cuenta Carmen Fernández, abogada de Antonio.

Empieza la temporada en Canasteros

Lo que pasaba el domingo en el Rancho de los Canasteros fue que empezaba la temporada de riña de gallos. Una actividad que es legal en Valencia, Andalucía o Canarias, y que en Murcia se encuentra en una especie de limbo legal. Si bien es cierto que el evento organizado el domingo en Sangonera no estaba autorizado, un juez avaló en 2012 que las peleas de gallos serían legales si los animales iban provistos de protecciones.

El reñidero del rancho del Gordo

El domingo, el Gordo había organizado en su finca el primer evento de la temporada. Vino gente hasta desde Francia o Portugal. “Es mi casa y aquí solamente entran los socios. Somos la Federación Murciana de Cría del Gallo Combatiente, tenemos todos los papeles en regla y tenemos socios que pagan sus cuotas. Son los únicos que pueden entrar en un club que es privado. El domingo había matrimonios y todo. Nos juntamos, hacemos un arroz, echamos el día. Como una reunión entre amigos. Y luego vamos al reñidero (el ruedo en el que pelean los gallos) para la exhibición”.

Asegura el Gordo que en su finca no se permiten las apuestas: “Lo pone bien claro en un cartel que hay en el reñidero”. También que no se organizan peleas a muerte: “¿Cómo vamos a echar a los gallos a matarse? Hay gente que paga hasta 6.000 euros por un gallo y no quiere que se lo maten. Nosotros le ponemos las protecciones, los soltamos y los jueces les damos puntos. Al más valiente, al que mejor embiste, al más bonito, al que tiene mejor plumaje…”. Y desmiente tambie´n que se dope a los gallos: “No puedes dopar a un gallo porque lo más cerca que tienes es que le dé un infarto”, resume.

El señor con barriga que casi se ahoga

La Policía entró cuando los casi 200 espectadores estaban sentados en el reñidero. Unos 200 agentes, de los más preparados de España, equipados con material antidisturbios. “Entraron como en una operación antiterrorista y mandaron a todo el mundo en el suelo. Hubo un señor mayor con mucha barriga que casi se ahoga por la posición. Otro que saltó por una ventana y se hizo daño en la pierna”, apunta Carmen Fernández, la abogada del Gordo.

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