Gitanas y lesbianas, así es la película española que revoluciona el Festival de Cannes

Arantxa Echevarría debuta en la dirección con 'Carmen y Lola', una honesta y emocionante película sobre el primer amor y la homosexualidad ambientada en una familia gitana

Gitanas y lesbianas, así es la película española que revoluciona el Festival de Cannes - EL ESPAÑOL
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Según informa Javier Zurro en EL ESPAÑOL, el amor siempre es complicado. También confuso. Cualquier pequeña piedra en el camino parece una montaña para dos personas que se quieren y que tienen el convencimiento de que lo suyo es especial y eterno. En el caso del primer amor todo se eleva a la enésima potencia. Los jóvenes tienen ganas de comerse el mundo, prisa por devorarse y son capaces de cualquier locura para demostrarlo. Luego se darán cuenta de que, normalmente, esa primera historia no llega a buen puerto, que vendrán muchas más y que al final, nada es tan importante. Eso sí, el recuerdo de aquella época siempre quedará grabado con una mezcla de nostalgia y vergüenza ajena por la inocencia desatada.

Ese estado de fervor, de incomprensión y de descubrimiento es el que quiere describir Carmen y Lola, la segunda película española presente en la quincena de los realizadores de Cannes. El problema para estas dos adolescentes es que no sólo son mujeres que descubren que les atraen las personas del mismo sexo, sino que lo hacen en un contexto con todo en contra, ya que son gitanas. La ópera prima de Arantxa Echevarría es una valiente aproximación a los prejuicios, a la juventud y a la cultura gitana, a la que afirma que se quiso acercar con todo el respeto posible.

La película, sin grandes nombres en su producción, ha logrado el hito de ser escogida para participar en el festival de cine más importante del mundo. Una oportunidad única para conocer una historia que desprende honestidad y verdad, cero postureo, y que tiene detrás una voz a la que habrá que escuchar en el futuro, la de una directora que debuta con 49 años tras una vida en el corto y en el documental. EL ESPAÑOL habló con ella pocos días antes de llegar a Cannes, pero ya con los nervios a flor de piel.

Yo creo que ha sido el momento justo. Antes tenía mucho pudor, y además cuando yo empecé era mucho más difícil porque todavía había soporte fotoquímico y hacer un corto valía un dineral, además no había muchas mujeres directoras. Yo empecé de meritoria, luego de auxiliar, de ayudante de dirección… y la gente me decía, joe, si siempre has querido ser directora, haz la tuya. Y tenían razón, pero no lo hacía por miedo a enfrentarme a uno de mis sueños. Empecé a rodar y he hecho ocho cortos y varios documentales, publicidad.. y el largo era algo que lo necesitaba, porque los cortos ya me duraban 25 minutos, se me quedaban cortos.

¿Ha costado mucho levantar un proyecto tan arriesgado?

Sí que ha costado bastante. Es una película bastante bizarra. Tú vas a una tele con una historia de amor de dos gitanas lesbianas y te miran y te dicen: ahí está la puerta, ya te puedes ir yendo. No era fácil, pero tuvimos la inmensa suerte de presentarla al concurso de guion de la SGAE donde conseguimos una mención de honor y tuvimos la ayuda selectiva del ICAA.

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