Entramos en el oscuro mundo de los Testigos de Jehová: abusos, mujeres sometidas y suicidios

Acusaciones de pederastia, rechazo a los homosexuales, "muerte social", robo de datos personales, suicidios... EL ESPAÑOL entrevista a 15 ex miembros de esta "secta" en España que denuncian toda clase de situaciones

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Un reportaje de Brais Cedeira publicado en EL ESPAÑOL

- “11. Si la acusada es una hermana casada, conviene que su esposo cristiano esté presente. Él es su cabeza, y sus esfuerzos por guiarla y ayudarla a recuperarse pueden ser de gran utilidad. En circunstancias excepcionales, o si los ancianos temen que la presencia del esposo pueda poner en peligro la seguridad de la esposa, deben llamar a la sucursal.

-12. Si el acusado es un hermano casado, lo normal es que su esposa no esté presente en la audiencia. No obstante, si él lo desea, ella puede asistir a una parte”. 

Conviene que a ellas les guíe su marido pero ellos, si quieren, pueden prescindir de la presencia de la mujer. Estos dos fragmentos consecutivos reflejan, en parte, el procedimiento que se debe seguir dentro de los testigos de Jehová cuando los ancianos de una congregación tienen que “juzgar” a alguien. También alertan del modo en que ven a las mujeres. Los dos párrafos pertenecen a un libro a cuyo contenido completo ha tenido acceso EL ESPAÑOL y que se titula “Pastoreen el rebaño de Dios”. Detalla el proceder a seguir cuando se descubre “un pecado”. 

También se describen otras cosas. La “inmundicia grave”, por ejemplo, es motivo de expulsión dentro de los Testigos de Jehová. Y expulsión, aseguran decenas de ex miembros de esta organización, quiere decir muerte social. Un ejemplo de lo que ellos ven como una “inmundicia grave” son las relaciones sexuales o afectivas entre personas del mismo sexo. Lo consideran una perversión “degradante” y “repugnante”.

El libro de los ancianos de los Testigos de Jehová dice muchas cosas. Los Testigos de Jehová, no tantas, en parte porque tienen prohibido hablar con nadie de fuera de las cosas que suceden dentro. Poco a poco algunos como Rocío Alcalde, 24 años, Granada, ya no tienen miedo: no quieren estar más tiempo en silencio.

Rocío tiene 24 años. Las cosas se le pusieron difíciles en los Testigos de Jehová después de sufrir malos tratos por parte de su pareja. “Le denuncié. El primer día de juicio se vino a casa a esperarme. Las vecinas me avisaron. Vino la policía y se lo llevaron de nuevo detenido. Al día siguiente le pusieron otra orden de alejamiento”. 

Los Testigos de Jehová distinguen entre divorcio bíblico y el divorcio corriente. Para ellos, el divorcio no “da libertad para volver a casarse a menos que sea por adulterio”. Pero Rocío dice que, evidentemente, una vez divorciada de su maltratador, cuando quiso rehacer su vida, los ancianos (quienes mandan en las congregaciones) no le permitieron rehacer su vida con otro hombre. “Me dijeron que no tenía el divorcio bíblico hasta que ellos no tuvieran pruebas de adulterio de mi ex. O sea, hasta que no tuvieran pruebas de que él estaba con otra persona. No les servía la orden de alejamiento del juez que probaba que yo hubiera sufrido malos tratos”. 

Rocío nació testiga de Jehová. Sus padres lo fueron antes que ella, y también el resto de su familia. Pese a la advertencia, rehízo su vida con otro hombre porque comenzó a ver que las enseñanzas que promulgaban no eran para ella. Quizás no eran para nadie. 

El divorcio es algo que se considera pecado dentro de la organización. Un miembro de la congregación solo puede divorciarse si su pareja ha cometido adulterio.  “Me llegaron a prohibir que mi pareja viniera al piso. Decían que no era libre para estar con nadie”. Cuando optó por salirse de forma definitiva, cuando la expulsaron por estar con otro hombre que no era su marido, la mayor parte de su familia le dejó de hablar para siempre. 

Las directrices de la "secta"

Cuando tenía 36 años, a Enrique le llegó una circular interna que decía quetenía que dejar de hablar con su padre. Había sido expulsado de la organización, por lo que los Testigos de Jehová exigían que su familia rompiese todo contacto con él. Los dos primeros meses, Enrique lo cumplió. "Mis hijas se quedaron sin abuelo. Pero yo no entendía por qué tenía que ser de ese modo. No había hecho nada contra nosotros. Comprendí que era un método chantajista para intentar que él volviera a la organización", cuenta a EL ESPAÑOL. Su esposa se alineó con los testigos. Él se mantuvo en su postura durante los siguientes años. El divorcio, a la postre, resultó irremediable: su matrimonio se fue al garete y acabó dejando también la congregación.

Enrique vive en Granada y es técnico en electrónica. Un año y medio después de abandonar, encontró de nuevo el amor con otra mujer. Algo inocente, en apariencia. Esto le supuso "la muerte social". Cuando los ancianos se enteraron, hicieron con él lo mismo que con su padre. Y lo que él no llegó a hacer lo hizo su hija. "Es acérrima de los testigos, como su madre. Cuando se enteró, dejó de hablarme para siempre. En noviembre de 2007 me envió una carta: decía que había muerto para ella. Esa coacción y esa presión es lo que diferencia una religión de una secta". Han pasado 12 años. Nunca le ha vuelto a dirigir la palabra.

Fragmento del libro interno de los Testigos de Jehová Pastoreen el rebaño. En este, concretamente, califican las relaciones entre personas del mismo sexo como algo repugnante.

En España hay 110.000 Testigos de Jehová. Tomados menos en serio en otros tiempos, en las últimas fechas están aflorando sobre ellos toda clase de denuncias: sobre sus procedimientos internos, sobre su particular justicia paralela, sobre su postura ante la diversidad sexual, sobre cómo tratan a quienes están y a quienes se salen de la congregación; sin duda las más graves tienen que ver con los casos de abusos sexuales que tienen lugar en el seno del grupo. También explican cómo, muchas veces, están optando por no colaborar con la justicia. 

En los últimos años tribunales de todo el mundo han emprendido acciones legales para destapar los casos de pederastia en el seno de esta organización. Una investigación del gobierno de Australia anunció en julio de 2016 que se estaban investigando más de 1.000 casos que los Testigos de Jehová habrían ocultado durante 60 años debajo de la alfombra.

En enero del año 2018, la plataforma Faithleaks publicó 33 cartas y documentos internos que dejaron al descubierto acusaciones de abusos sexuales contra miembros de este culto religioso en Nueva York. Los jefes de la congregación determinaron en su momento que varias de las denuncias habían sido auténticas. Entre los casos revelados aparecía la dramática historia de una mujer atada a la cama por su padre mientras este le examinaba sus órganos genitales. Trataba de encontrar signos de masturbación. Ella tenía tan solo 5 años. La historia se ocultó. 

Aníbal Matos es el portavoz de los Testigos de Jehová en España: "El “comité judicial”, de carácter exclusivamente eclesiástico, mantiene la confidencialidad de los hechos a fin de salvaguardar la dignidad de las partes. Eso en modo alguno significa que se escondan o amparen pecados de esa gravedad. El pederasta deberá responder ante la ley con todas sus consecuencias".

El último ejemplo de este proceder tiene lugar en Toledo esta misma semana. Una juez cita a de declarar a cuatro ancianos por un caso de abuso sexual. Es la primera vez que se les cita en España por un caso de estas características. Ni una sola palabra salió de sus bocas. Es una situación similar a la que se han enfrentado en los  últimos años en muchos países: el silencio ante las múltiples denuncias que les acusan de no actuar ante tan graves casos internos.

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